Si tan sólo Tulita hubiera tomado el camino digno y hubiera renunciado al finalizar el gobierno de Flavino Ríos, seguramente hoy las cosas serían distintas. Fue entonces cuando muchos se preguntaron para qué seguía en Finanzas, qué ganaba, qué la impulsaba. Hubo múltiples señalamientos de que había reactivado la licuadora de recursos, muchos comentarios de que era nulificada por los subsecretarios y que era más una planta de ornato que una Secretaria.
Sólo ella sabrá por qué siguió, pues dinero al parecer no le faltaba, como no se ve que le falte ahora. Tenía pensión, pero lo que parece que no tuvo fue el conocimiento de la Administración Pública pues no es lo mismo administrar una institución opaca como la UV que entrar a las grandes ligas de la Administración.
Hoy está a salto de mata porque no supo que en el gobierno la Ley de Responsabilidades aprieta a los que hacen… pero también a los que no hacen o dejar hacer.
Canillazos duros para Tulita, que por una ambición inexplicable se dejó meter entre las patas de los caballos. |