En cuanto a monto, el actual gobierno de Veracruz logró en su primer año que el saldo de la deuda pública pasara de 44 mil 355 millones de pesos en 2018, a 41 mil 420 millones en 2019, una disminución en términos absolutos de 2 mil 935 millones de pesos, lo que lo ubica como el Estado que más bajó su deuda en cuanto a monto.
Cualquiera de esas dos lecturas echan por tierra las afirmaciones mediáticas de hace unos días que señalaban que Veracruz había incrementado su deuda.
La deuda que arrastra Veracruz desde sexenios anteriores es mucho mayor en monto que la de Querétaro, Guanajuato, Guerrero, Oaxaca, Michoacán y el Estado de México, pero en cuanto al esfuerzo y disminución real de la deuda, no cabe duda que Veracruz ocupó el primer lugar nacional al cierre del primer trimestre del 2020, avalado incluso por los informes trimestrales de la SHCP.
O sea, todo depende del cristal con que se mida. Podemos estar en 7º en porcentaje o en 1º en monto, pero en ambos casos las noticias son muy buenas para Veracruz.
Tan es así que ya las calificadoras internacionales reportan a los bancos que la capacidad financiera de Veracruz es apropiada para nuevos créditos que le permitan al Gobierno estatal compensar las disminuciones en la captación de impuestos y poder ejecutar las obras y salvar los compromisos presupuestales de gasto que no se permitirían cubrir debido al impacto financiero de la atención urgente y fuera de presupuesto del COVID-19. |