Pero por otro lado están otras plazas comerciales que irresponsablemente permanecen abiertas. Negocios no indispensables como zapaterías, joyerías, cafés, restaurantes, ópticas, lentes de ornato, ropa, peleterías, neverías y muchos más, permanecen abiertos en Plaza Cristal y -en muchísimo menor medida- en Plaza Ánimas.
¿Qué piensan los dueños de esas plazas? ¿Por qué tanta irresponsabilidad por parte de los dueños de esas plazas comerciales?
Pero sobre todo, ¿Dónde están las autoridades de la Secretaría del Trabajo y la Secretaría de Salud de Veracruz? ¿Por qué tanta indolencia y permisividad? Es a ojos visto que no están cumpliendo y las autoridades no hacen nada.
Se ha remarcado una y otra vez cuáles son las actividades que deberían estar suspendidas: Gimnasios y spas; cines y teatros; iglesias; antros y bares; y también las plazas comerciales.
El cierre de las plazas comerciales no es una concesión graciosa, debería estar garantizado y no hay nada más fácil para la autoridad que darse cuenta si lo están cumpliendo o no.
Si Usted comprende de quién son Plaza Ánimas y Plaza Cristal, tal vez podría entender por qué el gobierno se hace de la vista gorda. Lo único que están logrando es que los veracruzanos se sigan contagiando, pues Don Gandalla siempre se siente mejor que los demás y por tanto generan más contagios. Lo que han logrado junto con otros tantos inconscientes es que la curva de Veracruz siga creciendo y por tanto la cuarentena se alargue.
Si no regresamos pronto a las calles ya sabe a quién darle las gracias: a los irresponsables que salen a festejar 10 de mayo, día del niño, etc; los que se sienten inmunes y siguen en reuniones. Se salvan aquellos propietarios de algunos negocios que clandestinamente -cubriendo las medidas sanitarias establecidas- se ven obligados a abrir y atender clientes porque son ahogados por los mercenarios dueños de las plazas que les exigen el pago total de las rentas no obstante la pandemia. Pero también a los que no creen en el COVID y sí, desde luego a los magnates insensibles que sentados desde sus tronos de oro no cierran las puertas de las plazas comerciales.
Pero quizá el reclamo mayor haya que hacerlo a las autoridades estatales y municipales que imponen reglas y no supervisan su cumplimiento. Por eso no les toman en cuenta. Por eso no se respetan las medidas. Se hacen de la vista gorda y se inclinan ante el poder económico sin importarles la salud de la población. Está siendo demostrado que aunque sean de Morena están cortados por la misma tijera. ¡Qué gran decepción!
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