Ramírez Cuéllar al parecer le copió algo a AMLO y su pecho no es bodega, por lo que ha señalado el pago de contratos millonarios por obras no realizadas.
La dirigencia encabezada por Yeidckol habría pagado 395 millones de pesos a una empresa d aun amigo suyo para hacer remodelaciones de edificios inexistentes y otros servicios no cumplidos.
“Si no actuamos ya será un daño patrimonial demasiado grande, porque no se puso ni un ladrillo, el partido no puede perder ese dinero y el empresario no quiere dar la cara”, aseguran en primera plana del Reforma, les habrían confiado fuentes de la actual dirigencia morenista.
El amigo incómodo sería Enrique Borbolla García, dueño de dos filiales del Grupo EBOR, a las que se le pagó la millonaria cantidad para realizar adaptaciones, construcciones, remodelaciones y suministro de mobiliario y accesorios para oficinas regionales; así como para equipos de cómputo y sistemas de seguridad en las oficinas de la dirigencia nacional… sin embargo, ninguno de los trabajo se habría llevado a cabo.
Vaya lío en el que está metido Yeidckol, quien tiene dos frentes abiertos y aún así le queda tiempo para futurear y pensar en gubernaturas. |