Si bien es cierto los empresarios no perdieron, ya que se negoció un jugoso reeembolso a lo invertido, y seremos los mexicanos los que pagaremos este capricho de unos cuantos, por no decir de un solo hombre.
Por situaciones como estas, es que México salió del top 25 de los países deseables para invertir.
Es encomiable, sin duda, el esfuerzo que hace la Secretaria por transmitir confianza en el sector empresarial. Más aún en un momento tan difícil para nuestro país, donde parece que nos están empezando a pasar la cuenta de las pésimas decisiones que se han tomado desde julio de 2018.
Sin embargo, la primera duda que habría que despejar es si estas declaraciones no van a ser desestimadas por el Presidente, que es muy dado a desautorizar a sus colaboradores como pasó esta semana con Arturo Herrera.
Por otra parte, el mensaje debe ser más contundente, provenir del propio titular del Ejecutivo y estar respaldado por acciones concretas; por ejemplo, desactivar los embates de la SENER y de CFE contra los productores privados de energía.
Quizá valdría la pena una gira del propio presidente por Asia o Europa, a fin de brindar un franco mensaje de certeza legal y de deseo de no depender de la inversión que se espera genere el tratado con nuestros vecinos del norte.
Sin duda, el TMEC es un buen instrumento para captar inversiones fijas y no solo capitales golondrinos. No obstante, el tratado per sè, no es la solución a los graves problemas que ha generado una política económica errante y con un gran dejo de estatismo.
Quien invierte espera ganancias, en buenas condiciones y con respeto a las reglas. Lo demás es propaganda electoral que en nada abona al crecimiento del país.
Pd. Ha dado inicio el circo de “declaraciones” de Emilio Lozoya. Ojalá que todas las supuestas afirmaciones de este personaje estén debidamente probadas, de otra forma solo impactarán a los públicos ya cautivos del régimen y no tendrán el arrastre esperado.
Esta es una perla de Rogelio Barrios, colaborador especial para temas de política nacional. |