Por su parte, la Organización Mundial de la Salud llamó a respetar las “líneas directrices y directivas claras” en materia de desarrollo del productos.
Llama la atención el nombre de la vacuna, pues hay que recordar que con el cohete Sputnik la extinta Unión Soviética le ganó la batalla a los Estados Unidos en los años 60’s al lanzar el primer satélite al espacio, lo que agudizó la Guerra Fría y que puso al borde de la histeria a los estadounidenses.
La producción industrial de la vacuna estaría programada para iniciar en septiembre y al momento alrededor de 20 países han encargado ya alrededor de 1,000 millones de dosis.
En otros países, donde aún se lucha por llegar a la meta en esta competencia, no están convencidos de la efectividad de la vacuna y parecen decir “vacúnese bajo su propio riesgo”.
La primera persona que ya se habría vacunado habría sido precisamente la hija del presidente Putin, según ha trascendido, lo que seguramente se hizo buscando la aceptación de la misma.
Por lo pronto, México no está considerado dentro de los países que le estarían apostando por la vacuna rusa, pues de acuerdo a lo informado por el canciller Marcelo Ebrard, se ha alcanzado entendimiento con tres empresas -una estadounidense y dos chinas- que presentan avances importantes en la vacuna contra el COVID-19, las cuales estarían alcanzando sus ensayos clínicos de fase 3 (lo que ya está a punto de iniciar Rusia) entre septiembre 2020 y enero 2021.
Además de esas tres empresas recién anunciadas, Marcelo Ebrard anunció también la inclusión de México en el proyecto de vacuna de la empresa francesa Sanofi-Pasteur, con lo que serían cuatro los programas en los que participa México.
Las nuevas empresas con las que se ha logrado entendimiento son la estadounidense Janssen Pharmaceuticals y las chinas Cansino Biologics y Walvas Biotechnology. |