Claro que la medida es oficial y publicada en Decreto de Gobierno para reducir la movilidad en 27 municipios de la entidad para reducir aglomeraciones, pero en realidad el único alcalde que protestó fue el de Veracruz, al que se ve que le encanta la bronca. ¡Hijo de tigre… pintito!
La otra bronca de este fin de semana que entretuvo a la fanaticada de la política, fue la que protagonizaron el diputado federal (aún priista) Héctor Yunes Landa –otro Yunes broncudo- y el diputado local de Morena, Juan Javier Gómez Cazarín.
De entrada el priista perdió el duelo al autoproclamarse superior al sureño de Morena y presumir que no suele debatir con el chiquillaje y que con Juan Javier Gómez Cazarín hizo una excepción. Con esas ínfulas cualquiera pierde un pleito, sobre todo porque Héctor, aún aunque tenga una dilatada carrera, hoy es tan solo un diputado federal más de entre los quinientos de San Lázaro, mientras que Gómez Cazarín es el Presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso Local, y como bien dice el dicho, siempre es mejor ser cabeza de ratón que cola de león.
Y es que este domingo el diputado local Gómez Cazarín salió en defensa –como pocos Morenos lo hacen- del Gobernador Cuitláhuac García Jiménez por las declaraciones del diputado federal Héctor Yunes. Y todo por el famoso y controvertido ‘chapeo’ que se echó el fin de semana el Gobernador.
Y bueno, no vamos a repetir aquí las linduras que se dijeron los dos legisladores, están ampliamente divulgadas en redes sociales. Lo que sí es que aunque muchos quisieran ver más episodios de esta bronca, lo más seguro es que se van a quedar con las ganas puesto que el mismo Héctor escribió en su Twitter que, como supuestamente Gómez Cazarín no es de su mismo peso, ya no le hará caso. Es decir, a su decir ahí muere la bronca. N’ombre, si se notó que Héctor ya no quería más queso, sino salir de la ratonera.
Al paso que vamos, los veracruzanos vamos a tener que hacer una coperacha para mandar a construir un cuadrilátero de boxeo para que de plano estos políticos tengan un espacio en donde darse de moquetazos.
Pero eso sí, con sus respectivos cubrebocas. | 
