Así titula su columna de hoy el distinguido periodista Manuel Rosete Chávez, la cual nos abisma en un escenario hipotético e ideal de cómo se debió atender el tema de la pandemia del COVID-19 en México.
En tan solo unas líneas, Manuel Rosete nos hace reflexionar sobre cómo se pudo actuar desde el primer momento, desde el primer caso confirmado en México, y pensar que tal vez la situación sería muy distinta en estos momentos.
Es un escrito corto en prosa, que recuerda más a un cuento de infancia que a la descripción de un escenario deseado. Para muestra, un botón:
|
“…todos salieron apresurados, menos el subsecretario Hugo López-Gatell, a quien le preguntó el presidente qué medidas de higiene se deben tomar para evitar en lo posible los contagios; le dijo lo del uso del cubrebocas, el lavado de manos constante, no tocarse la cara, guardar la sana distancia, no saludarse de mano, evitar reuniones de más de cinco personas, y no salir a las calles si no hay motivo, es decir, permanecer en casa”.
“A la mañana siguiente, López Obrador apareció en la mañanera con un cubrebocas, igual que sus compañeros de gabinete que le acompañaban, entre los reporteros y camarógrafos personales de la presidencia repartió cubrebocas y botellitas de gel marca AMLO, y entonces vino la advertencia a los medios”…
Pero mejor no le contamos todo, lo invitamos a leer la columna completa de Manuel Rosete aquí. |