De entrada, diversos analistas del sector coinciden en el hecho de que nuestro país tendrá una lenta recuperación del consumo de combustibles, derivado del “parón” económico producto de la pandemia que nos aqueja.
Aunado a ello, de acuerdo con cifras oficiales, la producción va en franco declive y creo oportuno mencionar que el tema del recorte de la producción, que auspicia la OPEP+, ya no impacta para nada la operación PEMEX.
Otro aspecto importante es que más allá de los buenos deseos e imágenes promocionales que desde la SENER y su titular proyectan, lo cierto es que la construcción de lo que será la Refinería de Dos Bocas presenta retrasos importantes. De hecho, diversos expertos internacionales en el tema afirman que estará terminada para el verano de 2026 con un costo del proyecto al alza en casi 10,500 Millones USD y se dice que con una cota de producción menor a la originalmente anunciada.
El sistema nacional de refinación está actualmente operando al 39% de su capacidad y no parece que el presupuesto de 2021 sea suficiente para aumentar esta cifra.
En suma, habrá que estar muy pendientes del precio que se le asigne al barril de petróleo y el volumen de producción que se establezca en la Ley de Ingresos y los recursos que se le asignen a la petrolera mexicana (la más endeudada del mundo) y al proyecto estrella del Presidente en el sector.
Vienen días aciagos para el presupuesto nacional y es de impensable ya un cambio de estrategia del gobierno en la materia petrolera y permitir nuevamente la asociación de PEMEX con privados que le inyecten recursos frescos al área de Exploración y Producción, a efecto de salvaguarda y acrecentar la obtención del llamado oro negro.
Lo anterior fue una perla de Rogelio Barrios, colaborador especial de Política al Día para temas nacionales. |