Una de las diferencias entre Michoacán y Veracruz es que allá el gobernador es de filiación perredista y ha cultivado una animadversión hacia el poder federal y el partido en el poder, y además, es un político con amplia experiencia en el manejo de urnas y el control político local.
El caso es que si la Alianza opositora que ya asoma la cabeza en Michoacán se llega a convertir en fiebre en los otros Estados no gobernados por MORENA en el 2021, podrían arrebatarle el Poder Legislativo federal al Presidente Andrés Manuel López Obrador, pues una de las señales que se enviaron desde Hidalgo y Coahuila es que el dinero que hoy se riega entre el pueblo en forma de apoyos y becas gubernamentales, no impacta en el momento de que los votantes se encuentran en la soledad de las casillas.
Pero eso no sería todo, si las alianzas opositoras llegaran a pegar su chicle en las urnas en el 2021, el Presidente Andrés Manuel López Obrador podría pasar las de Caín en el 2022 con la revocación de mandato.
El Poder Federal es muy fuerte y la popularidad de AMLO parece ser a prueba de balas hasta ahora, pero los poderes locales en acción y como opositores aún no se conoce, pero está a punto de conocerse.
Lo curioso es que la lógica política reza que los que están en el poder quieren conservarlo y los que están afuera quieren regresar, sin embargo en la actualidad los de afuera sí dan muestras de querer recuperar el poder pero los que están adentro aún disfrutan la borrachera del 2018 y piensan que una mano invisible los mantendrá en el poder. ¡Aguas! | 
