Adicionalmente, también ronda otro sospechosismo en el país, pues no se explica cómo es posible que haya en existencia más de 13 millones de dosis de vacunas contra la COVID-19 pero la aplicación diaria haya caído después de las elecciones, incluso muy por debajo de la meta que se autoimpuso el gobierno federal y AMLO.
Quizá no se haya planeado así, pero lo cierto es que el rebrote y la tercera ola ya llegaron y hasta con premio, ya que nuevas cepas del virus amenazan al país con brutal y perjudicial posible confinamiento.
De lo fuerte que resulte la tercera ola, dependerá la recuperación económica, el regreso a clases presenciales y, sobre todo, recuperar la normalidad.
¿Se privilegió la política a costa de la salud de los mexicanos? Todo se ha de saber a su tiempo y a medida que la tercera ola lacere de nuevo al país como ya sucedió en la primera y segunda ola.
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