Los sabios bebedores de café concluyen que se ve bien que Rocío Nahle, responsable de la iniciativa de la reforma eléctrica, trate de explicar en su cuenta de Twitter y por todos los medios posibles, los puntos torales de la misma. Sin embargo, afirman que, técnicamente, cuando un escrito debe ser explicado y recontraexplicado es porque o está mal escrito o no contempla todo lo que en las aclaraciones se debió decir.
Una conclusión inequívoca de que la redacción de la iniciativa no es mala, es pésima, confunde, ¡Vaya! Es un auténtico galimatías que se contradice y deja mucho a la imaginación y, lo peor, que obliga a sus autores a tener que explicarla.
Por decirlo de un modo simple e imparcial: la redacción debió salir de técnicos-técnicos de la CFE, cuya función no es precisamente la de ser explícitos y claros en la explicación de sus conceptos.
Se nota a leguas que Manuel Bartlett y sus técnicos le comieron el mandado a la titular de la SENER y ésta solo fue un mensajero.
Tensa se pondrá la discusión de la iniciativa en el Congreso, pero mucho más en el Senado, donde hay legisladores con mucha más experiencia y un poco más de imparcialidad y pluralidad.
Mientras tanto, y hasta donde vamos, el pueblo está más que confundido y polarizado con el tema hacia una lucha de fuerzas entre ricos y pobres, entre buenos y malos y así, entre “patriotas” y “vendepatrias”… y así no es cómo debería verse algo que a todas luces es vital para el país. |