El presunto daño patrimonial -como antes se dijo- es poco y no se compara con lo que se les observó a otros alcaldes, pues apenas rebasa los 10 millones de pesos; pero podría ser suficiente para que le hagan ver su suerte en Pacho Viejo, pues resulta que hubo por ahí un traspaso de un poco más de un millón de pesos de la cuenta del Ayuntamiento a una cuenta personal ubicada en Bancomer que no se pudo demostrar la causa ni la razón del mismo. En las auditorías practicadas, Aguilar Mancha no pudo demostrar el destino de esos recursos y le resultará más que difícil demostrar la legalidad del traspaso. Y eso, está más allá de una obra mal hecha o un gasto injustificado, pues se presume un total y sobre todo burdo intento de robo.
En general, el alcalde Juan Antonio Aguilar Mancha la tiene difícil pues además de tener evidencias claras de gastos no efectuados ni comprobados tiene enfrente las pruebas aportadas a los auditores del ORFIS por la Síndica Única, Arely Bautista Pérez, a quién presuntamente el alcalde hizo firmar bajo amenazas y ésta firmó bajo protesta.
Hay temas difíciles que habrán de enfrentar al menos una veintena de alcaldes tan solo de lo que corresponde a la Cuenta Pública 2020, pero se tiene información que en el año de Hidalgo y en plenas elecciones, Antonio Aguilar Mancha fue aún más burdo en su manera de gobernar y meterle la mano al cajón.
A ver en qué termina todo este lío de Tuxpan. |