Y es que el tema ha servido para que muchos presuman la existencia de una posible liga con el alcalde electo detenido, y para otros muchos el caso huele a presunta infiltración en la Fiscalía.
Adriana ‘N’ es la titular de la Unidad de Género de la Fiscalía General del Estado de Veracruz, un área de lo más sensible en la dependencia.
Los jaloneos, arañazos y palabras altisonantes que usó Adriana ‘N’, para tratar de impedir la detención del alcalde electo (con quien se encontraba al momento practicar la diligencia) configuraron en principio el presunto delito de ‘ultrajes a la autoridad’, por lo que también fue detenida.
Por esa razón los elementos agraviados la Unidad Antisecuestro tuvieron que detener también a la funcionaria de la Fiscalía Adriana ‘N’ y ponerla a disposición de la autoridad competente.
Sin embargo, ahora viene la parte más difícil en estos casos, que es probar su relación y complicidad con el alcalde electo. Las autoridades cuentan con 48 horas para que el Fiscal le impute el delito de ultrajes a la autoridad y se legalice la detención y la imputación.
Mientras tanto, el tema está en el limbo.
Sin embargo, el caso es hoy la papa más caliente que ha pasado por las manos de la actual Fiscal General del Estado de Veracruz, Verónica Hernández Giadáns, pues una cosa es aportar pruebas del presunto delito de ultrajes a la autoridad y otra muy diferente es hacerlo para probarle su relación con el crimen organizado y su calidad de infiltrada.
Así que en menos de 48 horas habrá que definirse este caso, que en verdad vino a calentar las grillas políticas en torno a otros casos similares que le han costado la libertad a personajes ligados con la política local.
Lo cierto es que, véase como se vea, este caso da pie a pensar que en Veracruz efectivamente se está ejerciendo justicia sin distingo de colores y que el delito de ultrajes a la autoridad no solo se está tomando como un arma contra políticos contrarios. |