Desde el pasado miércoles, día en que se clausuró el Acuario, se recordó en este espacio la fiesta que se protagonizó en dicho lugar a finales de diciembre del 2019 y que había puesto en entredicho la labor en dicho lugar.
Con respecto a la clausura del Acuario, muchas voces alzaron la voz y defendieron tanta la administración del Fideicomiso como la importancia del lugar para el turismo en Veracruz.
Y sí, no se niega en ningún momento que el Acuario sea uno de los principales atractivos turísticos del Estado y sobre todo del Puerto de Veracruz, pero muy pocos de aquellos que criticaron la medida voltearon siquiera la mirada para defender a los animales que allí se encuentran.
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No pierda de vista Usted el fiestón con los tiburones en el 2019, porque ese parece ser el verdadero origen de la clausura del Acuario de Veracruz.
En entrevista con el periodista Ramsés Yunes Zorrilla, el Procurador del Medio Ambiente del Estado, Sergio Rodríguez Cortés, aclaró en primera instancia que la Procuraduría sí tiene atribuciones para ejercer la clausura pues dijo en los micrófonos del 97.7 fm: “La materia ambiental, según la Constitución, así como algunas otras materias como la seguridad pública, son concurrentes, es decir, por ejemplo, si algún policía municipal ve que alguien comete un ilícito de tipo federal tiene que actuar en ese momento, esa es la concurrencia de la materia. El tema de medio ambiente es lo mismo, si nosotros observamos algo que está manejado de manera inadecuada, tenemos que intervenir. Ya en las sanciones, si nosotros no somos competentes, tenemos que dar parte a otra autoridad, no podemos multar pero sí podemos intervenir”.
“El juez tercero de distrito ya marcó que el Acuario debe entregar la información que le estamos requiriendo, eso es lo que nos tiene detenido el Acuario. Intervenimos a estas alturas porque no nos ha respondido, y efectivamente, fue a raíz de una fiesta, una pachanga en grande, fue una gran pachanga. Ahí inició la primera inspección y en 3 años no nos han podido entregar información y es una anarquía”.
“Están prohibidas las fotografías porque el flash influye, y no hacer ruidos porque ellos en el fondo del mar y no se pueden hacer ese tipo de fiestas argumentando el bienestar animal que están cumpliendo. Es decir, creo que sí hubo un exceso y fue una exigencia en su momento”, abundó Sergio Rodríguez Cortés.
Hasta el momento y a pesar del cierre parcial a las instalaciones que impiden el acceso a visitantes, solo el personal encargado de la alimentación de las especies ha mantenido el acceso al lugar.
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