Del total de la electricidad que es producida en el país, Laguna Verde genera el 3.6 por ciento, lo que equivaldría a cerca de 5 millones de personas que se ven beneficiadas.
Es decir, más de la mitad de los veracruzanos pueden prender su televisor, la luz de sus casas o hacerse unas palomitas en el microondas, gracias al funcionamiento de esa planta nucleoeléctrica.
Sin embargo, cosas de la vida, esa energía no es ni siquiera utilizada en Veracruz, pues todo ese fluido eléctrico es llevado a la zona central del país, tanto a los complejos industriales del Estado de México como hacia la Ciudad de México.
Eso sí, aquí nos quedamos con todos los riesgos y peligros, y la CFE ni siquiera ha sido capaz de mantener en óptimas condiciones su hábitat.
La otrora preciosa y visitable laguna del Farallón, cada vez es una lámina más delgada de agua y está convertida en un poco lleno de lodo. Las casas habitación donde viven los empleados de Laguna Verde, antes tan bonitas y cómodas, ahora no tienen ni siquiera internet de buena calidad y la fauna silvestre invade los domicilios sin conmiseración. Las instituciones educativas son escasas de baja calidad y en general la vida es precaria.
Si así tienen la vivienda, no quisiéramos saber cómo tienen lo demás. |