Sin embargo, la percepción del desastre es política, mientras que la que inspira confianza proviene de las 16 mediciones positivas que le han otorgado a Veracruz -gracias al trabajo de la Sefiplan y su titular José Luis Lima Franco- varias de las empresas calificadoras internacionales.
Por ejemplo, S&P Global Ratings recién publicó la calificación crediticia que realizó al Gobierno del Estado de Veracruz que refleja sanidad en el manejo de las finanzas estatales y pronostica mejorías con base en el cumplimiento de los rigurosos estándares normativos de la materia al pasar del nivel ‘mxBBB-‘ al ‘mxBBB’.
La mejoría podrían decir que fue mínima y que entre un indicador y otro no hay mucha diferencia, pero importa el fondo en el que se aprecian otros factores importantes como el crecimiento de la inversión privada en los últimos años, que en pasadas administraciones sufrió de altos riesgos y pérdida de confianza por contingencias judiciales, que limitaron la recaudación y una disminución en la ejecución de proyectos de infraestructura, reconoció en su informe la calificadora Internacional S&P Global Ratings.
No es nada fácil que finanzas como las de Veracruz, que se encontraban en un desastre por una abultada e injustificada deuda pública, se haya podido enderezar, pero en lo que va de 4 años de gestión, ha recibido consecutivamente 16 calificaciones positivas.
Lo anterior permite esperar que en los siguientes reportes Veracruz alcance calificaciones A, pues la principal variable que se mide para otorgar esos niveles es la confianza que genera la institución, por lo que probable que al fin de sexenio no haya sorpresas que lamentar.
Ya se ha señalado aquí que la política gira en torno a intereses personales o de grupos, pero los datos fríos que publican calificadoras internacionales son solo eso, datos fríos expuestos a la libre confrontación.
Finalmente, todo depende del cristal con que se mire. | 
