¡Y qué color!
Empleados de seguridad del hotel Hyatt que se encuentra en la zona de Polanco en la CDMX le cerraron el paso e hicieron esperar durante varios minutos al convoy que escoltaba al primer ministro canadiense.
Así, mientras que el jefe de la escolta trataba inútilmente de que le fuera franqueado el paso al auto en el que llegaba el primer ministro Trudeau, los empleados de seguridad del hotel ignoraban sus desaforados gritos:
¡Traigo al de Canadá! ¡Traigo al de Canadá!¡Denme chance!
El jefe de la escolta se refería, como usted ya se imagina al primer ministro de Canadá Justin Trudeau.
Desde luego que ni espantarse del tema, pues el óleo que se pintó en ese momento no es más que la realidad de la improvisación que priva en el gobierno mexicano.
Obvio que la organización por parte de la Cancillería de Marcelo Ebrard dejó mucho que desear, fue exhibida. La coordinación para un evento de tal magnitud fue nula y en ella fallaron desde los responsables de la Secretaría de Relaciones Exteriores, las de la CDMX que dirigen Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum.
Seguro no pocos extrañaron la meticulosa organización protocolaria que solía realizar el Estado Mayor Presidencial.
Pero también detrás de las bambalinas se pudo observar el encono de empresarios, en este caso los hoteleros, por encontrar manera de ridiculizar y hacer quedar mal al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, pues en ocasiones anteriores similares, desde el propio gerente y quizá algunos de los más importantes socios de la cadena hotelera Hyatt y el más humilde empleado hubieran estado en la entrada del hotel para darle la bienvenida a tan importante personaje.
¡Traigo al de Canadá! ¡Traigo al de Canadá! ¡Denme chance!
Lo bueno del caso es que ha quedado de manifiesto, una vez más, que lo importante en estos casos no es que haya oficio en los funcionarios de la 4T, basta que sean honestos.
La información fría y de base de la nota fue dada a conocer en su Twitter por el periodista Ciro Gómez Leyva.
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