Fuentes del más alto nivel del CEN del PRI confiaron a Política al Día Express que “El principal motivo por el cual no se ha resuelto el cambio de dirigencia es que los actores con mayor peso político que han expresado sus interés de conducir al PRI tienen más debilidades que fortalezas”.
“En sus currículums aparece una carrera de zigzageos y no la verticalidad como debería ser. Como ahora ya llegaron los tiempos de chapulines, se tiene que ser más cauteloso. No vaya a ser que a media carrera electoral entreguen el partido”, sentenció la fuente.
Y no es para menos. Tomar la decisión de a quién entregar los bártulos del PRI no es algo que se deba tomar a la ligera, sino por el contrario, es una decisión que debe confeccionarse y sopesarse con prudencia y la inteligencia que requiere el caso.
¿Que los actores políticos no serían capaces de entregar las armas a la oposición? ¡Vaya! Basta con ver lo que pasó con el Senador yucateco Jorge Carlos Ramírez Marín, quien llevaba 5 plurinominales colgadas al cuello cortesía del PRI, y en la hora del chapulineo, se fue a hacer el ridículo al Partido Verde en donde no le dieron nada y a la fecha ni siquiera fue incluido por el Consejo de MORENA en la lista de los que participarán en la encuesta para Yucatán.
Ya se puso el termómetro en Veracruz y se tomó la temperatura. Los diputados federales Rubén Moreira y Mariano González Aguirre, por instrucciones de Alito, estuvieron en días pasados en Xalapa para platicar con algunos aspirantes y cuadros de forma individual, y lo que se llevaron como tarea fue una decisión más que difícil, pues el tema no es el líder actual, quien desde siempre ha estado consciente y esperando a que el CEN determine el relevo, sino la verticalidad en duda de los que hoy han levantado la mano.
El proceso electoral federal ya comenzó y en el CEN del PRI saben que “se requiere atenderlo con pilotos frescos, experimentados y vacunados contra toda posibilidad de compra o intimidación por parte del Gobierno del Estado”.
¿Por quién de los aspirantes metería Usted las manos al fuego? Cuidado, no le vayan a quedar los puros muñungos. | 
