En corto se advierte de la catástrofe, pero las principales variables de la economía siguen firmes y mejorando. Los bancos, en lugar de correr de México han tenido ganancias como nunca antes; los empleos no se han perdido; ni las inversiones se han ido, al contrario, los salarios han subido como nunca; y la inversión privada aumenta aceleradamente.
Hoy, el diario “El Financiero” publica notas como esta ‘Vuela’ la inversión y crece 31.5% en agosto, según cifras del INEGI y se apunta que es la mejor alza desde mayo del 2021 y liga 11 meses con el doble dígito.
Ahí mismo se resaltan algunas de las causas: “La inversión productiva en México extendió su favorable desempeño en agosto al avanzar 31.5 por ciento anual, por la construcción. Este crecimiento, dicen expertos, se debe a las obras insignia del gobierno y a los anuncios sobre el nearshoring. Los datos desestacionalizados del INEGI indican que el avance de agosto sería el más elevado desde abril y mayo de 2021. La construcción registró un crecimiento de 47.4 por ciento anual en agosto, siendo la no residencial la que más repuntó con 96.2 por ciento”.
Se resalta que “La inversión fija bruta repunta por la construcción y la favorecen las obras insignias del gobierno y de espacios industriales, impulsados por la relocalización de empresas hacia México”.
Sin embargo, pese a eso, no faltan articulistas que afirman y adelantan “riesgos” en el valor del peso, caídas en la economía por las altas tazas de interés, la falta de empleos, pronostican caídas en la producción agrícola frente al aumento constante de exportaciones.
En fin, si la oposición quiere ganar la presidencia y la mayoría en las Cámaras legislativas, deberá cambiar su discurso que para algunos ya parece disco rayado.
Eso sí, también hay que decirlo, no todo se debe a la eficiencia de los actuales funcionarios, pero la aplicación de políticas públicas diferentes con sentido humanista y social a las que tradicionalmente se aplicaron en el país y los impactos de la globalización, México goza hoy de un mejor ambiente económico.
Así que a cambiar el discurso o se los lleva de nuevo el tren. |