Los dos periodista y mandatario ofrecieron un espectáculo informativo y desde sus respectivas trincheras como nunca se había visto en México y es posible que en ningún país y en tiempo alguno.
El tema la inseguridad en el país, el número de muertos y sobre todo el número de periodistas asesinatos y homicidios dolosos en México.
Un tema delicadísimo, pero que tratado así, abiertamente y sin darse tregua, al periodista Jorge Ramos le permitió hacer que el presidente reconociera el número de víctimas por la violencia, pero también al presidente, mostrar y hablar de las tendencias que se han detenido conforme a las políticas públicas y a su estrategia del combate a la inseguridad.
Una cosa es cierta y como conclusión se debe decir que los dos tuvieron razón, ya que el número de víctimas proviene de datos oficiales, pero también que las tendencias de muertos que México traía amenazadoramente ya no son las mismas y que es una reñal de que no a corto plazo pero sí en el mediano y largo se podrían revertir.
Lo cierto también es que nadie hasta ahora, ha podido dar seguridad a los mexicanos ni parcial ni completa. Todo ha fallado y a la fecha no se ha visto alguien de los precandidatos a la presidencia o a las gubernaturas estatales que presente un modelo al menos creíble y diferente, así que ese problema en México va para largo.
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