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Los políticos, curiosamente, se vuelven malos hasta el final de sus gobiernos

Los primeros años, mientras están en la plenitud del poder, salen más o menos bien librados de las Cuentas Públicas... pero al final...

Los políticos, curiosamente, se vuelven malos hasta el final de sus gobiernos /
Redacción
2025-10-10  
11:49

O los Cuitlahuistas se volvieron malos de malolandia en los años de Hidalgo (2023 y 2024) o de plano al inicio de la administración se hicieron como que la Virgen les hablaba a los fiscalizadores. 


Ni la Contraloría, ni el ORFIS, detectaron gran cosa en los primeros años. 


Hablando solo de las dependencias estatales, Organismos Públicos Descentralizados y Fideicomisos, en el 2019 el presunto daño patrimonial fue de 279 millones de pesos; en el 2020 de 170 millones de pesos; en el 2021 de 190 millones de pesos; en el 2022 de 161 millones de pesos; y en el 2023 de 275 millones de pesos. 


Pero fue en el 2024 donde tronó el cohete pues el presunto daño patrimonial entre Dependencias Estatales, OPDs y Fideicomisos, ascendió a la friolera cantidad de 829 millones de pesos, casi el triple del mayor presunto daño patrimonial registrado en todo el sexenio. 


Aquí las explicaciones pueden ser varias, aunque casi siempre hay que irse a lo básico para entender lo que parece complejo. 


En el 2024, los Cuitlahuistas ya no estaban al amparo del “pinche poder” (Fidel Herrera dixit), ya no tenían a un Contraloría a modo que les pasara todo (¿Pues qué tanto hizo entonces Mercedes Santoyo en su gestión si vio tan poco?), en el ORFIS ya no tenían ningún interés en hacerse de la vista gorda, o de plano, de buenas a primeras, los Cuitlahuistas dijeron “vamos a hacer las cosas mal en este último año”. 


Usted, ¿Por cuál de esas razones se inclina? ¿Por alguna en específico o todas ellas? 


Lo cierto es que así como salieron las Cuentas Públicas pareciera ser más una cuestión de cubrirse con la misma cobija y aplicar la de “muerto el Rey, viva el Rey”. 


Es curioso, muy curioso, como en los Gobiernos en los primeros años por lo regular salen más o menos bien librados, y al final, cuando ya va el cambio de gobierno, comience a salir la mugre. 


Tan solo hay que recordar en el sexenio de Duarte, cuando comenzaron a salir los presuntos daños patrimoniales por más de 5 mil millones de pesos ya fue al final, al principio eran un dechado de virtudes. 


¿Complicidad de las Contralorías? ¿Complicidad del ORFIS? ¿O simplemente decidieron aplicar el año de Hidalgo? 

 
 
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