Pero llegó el momento de ajustar cuentas, y Rocío Nahle no se podía quedar atrás de su amiga la presidenta Sheinbaum, y no lo podría hacer con una Fiscal que aunque trabajó mucho y dio resultados, a la hora de la hora le tembló la mano para ir al fondo de algunos temas y cumplir cabalmente para abatir la corrupción y sentar precedentes entre la delincuencia organizada o no.
Así, por un lado Ernestina Godoy ya le dio a Sheinbaum un primer trofeo, un primer zarpazo a solo unas cuantas horas de llegar a la FGR: llevó a prisión de alta seguridad a César Duarte Jáquez, uno de los exgobernadores priistas más poderosos y privilegiados de los últimos años.
La pregunta es ¿Cuánto tiempo le llevará a Lisbeth Jiménez Aguirre, la nueva Fiscal en Veracruz, apretar las tuercas que, a propósito, temor u omisión, dejó pendientes Verónica Hernández Giadáns?
Por el momento no se sabe si serán horas, días, semanas o meses, pero los veracruzanos esperan un manotazo en la mesa, y que lo haya no importando el color del partido al que pertenezcan los presuntos delincuentes.
No fue de a gratis tamaño movimiento legislativo y mediático de quitarle el mando antes de tiempo a Verónica para dárselo a Lisbeth. Debe haber un plan y seguramente veremos de qué se trata en lo que está por venir.
¿Tendría algún caso tanta alharaca para que todo siguiera igual? |