Hágase la luz… No necesitas comprar nada ni gastar en remodelaciones eternas para que una habitación dé la impresión de ser más grande. El mejor truco es gratuito: dejar que el sol entre en su máximo esplendor. Los lugares pequeños, cuando están oscuros, se ven todavía más apretados y asfixiantes, en cambio, al aprovechar la luz natural se sienten más libres y armónicos.
Un espejo, el mejor amigo… Cuando cuelgas un espejo frente a una ventana, este refleja toda la luz que entra y hace que la habitación se abra, o sea, que crezca visualmente. De igual forma, si lo cuelgas en la entrada de tu casa, al final de un pasillo o en el comedor, le dará a ese espacio una perspectiva de mayor amplitud.
¿Blanco o negro? Los colores son súper importantes cuando hablamos de decoración pero, ¿sabías que también influyen en el tamaño que aparenta el cuarto? En una habitación pequeña, los colores extremos son clave. Sabemos que los tonos claros hacen que un espacio se vea más abierto y ligero, pero un cuarto pequeño con paredes oscuras también puede verse más grande. Evita colores intermedios, neones o demasiado brillantes.
Menos es más… Cargar la decoración es un error súper común. Esto hace que un espacio pequeño se vea saturado y todavía más apretado (como la casa de tu abuelita, donde aún están las mamilitas/recuerditos de tu bautizo). Deja solamente lo que amas, usas y necesitas. Entre más minimalista el espacio, más grande se verá. Con colores neutrales y acentos de color, tu habitación se ve más amplia. Pon plantas que den vida sin que acaparen mucho espacio.
TIP: tener tus muebles totalmente pegados a la pared hace que se vea todo apretado. Sepáralos unos centímetros para lograr que el espacio se abra y se vea más libre.
Con información tomada de Revista Moi. |