El primer ministro francés, Édouard Philippe, anunció hoy la congelación de los precios del gas, la electricidad y de los carburantes como medidas de choque para "apaciguar" las protestas de los llamados 'chalecos amarillos'.
En una declaración televisada, Philippe consideró que "ningún impuesto merece poner en peligro la unidad de la nación", y adelantó que también se suspende el endurecimiento de la inspección técnica de vehículos, otra de las demandas originales del movimiento.
"Esta cólera, que viene de lejos y durante mucho tiempo ha estado muda, hoy se expresa con fuerza y de forma colectiva. Habría que estar sordo y ciego para no verla y escucharla", señaló el primer ministro.
Philippe dijo que se abrirá un diálogo nacional para revisar por completo el sistema fiscal francés.
Como primeras medidas, Francia suspende durante seis meses la subida de la "tasa carbono", la convergencia de precios entre el diesel y la gasolina y el alza de la fiscalidad al gasóleo de vehículos agrícolas.
"Estas medidas fiscales no se aplicarán antes de ser debatidas por todas las partes implicadas. En ese tiempo queremos identificar y poner en marcha medidas de acompañamiento justas y eficaces. Si no las encontramos, sacaremos conclusiones", dijo Philippe.
También se congelará por medio año el endurecimiento de las condiciones de la inspección técnica a vehículos que debía entrar en vigor el próximo 1 de enero.
Del mismo modo, tampoco aumentarán las tarifas de la electricidad y el gas durante todo el invierno, mientras dure el proceso de concertación nacional.
"Estas decisiones, inmediatas, deben traer el apaciguamiento y la serenidad al país. Deben permitirnos lanzar un diálogo verdadero sobre el conjunto de preocupaciones expresadas estas últimas semanas", agregó el jefe del Gobierno.
Sin embargo, Philippe fue contundente al afirmar que, desde el comienzo del movimiento de los 'chalecos amarillos', cuatro franceses han muerto y cientos han resultado heridos en las protestas, por lo que "esta violencia debe cesar".
Al referirse al "gran debate" que tendrá lugar entre el 15 de diciembre y el 1 de marzo en torno a la fiscalidad, reconoció que los impuestos y tasas en Francia "son los más elevados de Europa, es un sistema complejo y a veces injusto".
"Si los acontecimientos de los últimos días han demostrado algo, eso es que los franceses no quieren que suban los impuestos. (Pero) si bajan, también tendrá que bajar el gasto, ya que no queremos dejar las deudas a nuestros hijos", sostuvo.
Fuente, Excélsior |