Para la realización de esta vacuna se utilizó un adenovirus del resfriado común de los chimpancés, el cual fue modificado con información genética del COVID-19. El objetivo es entrenar al sistema inmune de las personas vacunadas.
Oxford y su socio industrial, la farmacéutica AstraZeneca, tuvieron que pausar los ensayos el pasado 6 de septiembre.
La pausa aplicaba para los países en los que se llevan a cabo las pruebas —Reino Unido, Brasil, Sudáfrica y EU– para que un comité independiente revisara el caso de la voluntaria que fue vacunada y enfermó.
De acuerdo con la Universidad Johns Hopkins, el COVID-19 ha dejado 916 mil personas sin vida y más de 28 millones contagiadas. Los países con más fallecimientos son Estados Unidos, Brasil, India y México.
Crestomatía: información tomada de reporte índigo. |