En Francisco I. Madero todo mundo se conoce. Las casas más alejadas entre sí están apenas a 500 metros unas de las otras. Sus habitantes, que el INEGI dice que son menos de 300, comparten historias, estilos de vida, desafíos, aspiraciones, reclamos. Fiestas y velorios, alegrías y quebrantos, descanso y trabajo, congregan a la gente por igual.
En una de las muchas cosas en que coincide la gente de Francisco I. Madero es en un añejo agravio: los políticos los visitan en campaña y nunca más regresan.
Y, como me dijo un vecino, a veces no van ni en campaña. El frío cálculo de la rentabilidad electoral de los votos termina por mover a los candidatos hacia comunidades con más población y a menos distancia. Francisco I. Madero es más chico que algunas colonias de Juan Díaz Covarrubias, por ejemplo. Aquellos candidatos olvidan que la gente tiene la misma importancia en todos lados, que merece la misma atención y que sus problemas son igual jerarquía.
Para romper esa nefasta costumbre de los políticos que nunca regresan a Francisco I. Madero después de las elecciones, acudí este fin de semana nuevamente –ya he estado varias veces-.
Regresé a ponerme a chambear con ellas y ellos. A celebrar el contundente triunfo de nuestro movimiento con más trabajo. Qué mejor celebración que una jornada compartida donde pusimos manos a la obra y pavimentamos con concreto hidráulico la calle principal de la población. Un compromiso cumplido que ilustra lo dicho por el presidente Andrés Manuel López Obrador: amor con amor se paga. Hoy en Francisco I. Madero tienen calle nueva gracias a la Cuarta Transformación.
La verdad es que no todo fue trabajo, porque también nos echamos unos merecidos taquitos.
¿Por qué no me fui de vacaciones a alguna playa después de haber ganado Morena? Bueno, en primera, porque algunas de las mejores playas del mundo también están en Los Tuxtlas y ya las he visitado antes. Pero también porque he encontrado sumamente grata la experiencia de contribuir a cambiar la vida de las personas. Estoy seguro de que esa experiencia no se compara con nada.
Y ya habrá tiempo para darme una escapadita con mi hija en cuanto termine de pasar la pandemia, ahora que se acerca la vacunación para los de mi edad.
Diputado Local. Presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado. |