Ya se los he platicado antes: algunas de esas 14 personas eran cercanísimas a mí, a las memorias de mi infancia, a mis sueños del futuro.
Por eso, los últimos días en Hueyapan de Ocampo han sido una mezcla de emociones, de las que también ya les he hablado. Nostalgia por quienes nos fueron arrebatados, pero esperanza por la vacuna que nos brinda una mayor tranquilidad.
Despedirnos de alguien siempre es doloroso, pero es más terrible hacerlo con la pregunta que nos hacemos en la mente y nos da miedo externar: ¿quién seguirá después?
La vacuna universal y gratuita para la franja de edad entre 18 y 39 llegó a mi pueblo como un mensaje apaciguador de nervios, de incertidumbre y de ansiedad.
Me alienta saber que las y los jóvenes acudieron sin la timidez de la desconfianza y sí con la decisión de quien da un paso a la segura.
En el contexto nacional, este lunes nos despertamos con la noticia de que la tendencia de contagios de la tercera ola parece ir francamente a la baja (aunque todavía estamos lejos de reducirla a niveles de mediados de mayo).
Y con otra noticia: que llegaron más vacunas a México y que para finales de año se habrá vacunado a toda la población adulta del país.
El logro que esto significa para el Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador es enorme. Para tenerlo en perspectiva: sólo el 28 por ciento de la población mundial está completamente vacunada y la mayor parte de esas personas están en los países ricos. El promedio de África, por ejemplo, es de sólo el 3 por ciento.
Así que la vacunación gratuita y pareja de mexicanas y mexicanos es un resultado del que podemos sentirnos orgullosos y del que, ahora, mi pueblo forma parte.
Diputado Local. Presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso de Veracruz. |