Amadeo Flores Espinosa, en la víspera de dirigir al PRI de Héctor Yunes Landa. Lo más fácil del mundo es cuando se escriben maravillas de algún político que está por asumir algún cargo público, lo más difícil es que lo que se escribe sea cierto o que el personaje logre sostener lo que se dice de él al paso del tiempo. Mucho se ha escrito de la capacidad política de Amadeo Flores Espinosa, y no les ha faltado razón. ¿Que ha tenido tropiezos? Sí los ha tenido. Incluso en su primera experiencia como dirigente del CDE del PRI. Pero hay a quienes los tropiezos los entierran y hay a quienes les enseñan y los catapultan hacia adelante. Ese parece ser el secreto de Amadeo.
Por ello es que antes de que le entre al toro desbaratado por Alberto Silva, ha empezado a sumar a gente de experiencia, a los que desde la barrera se tuvieron que conformar con ver cómo el CDE se convertía en un elefante burocrático insensible. Como en los buenos tiempos, hoy se le vio a Amadeo tejiendo fino en La Pérgola junto con experimentados priístas como Enrique Ampudia Melo, Ricardo Olivares Pineda y Armando López Contreras. Los tres, timoneles de cinco estrellas, almirantes de nave a los que los mediocres en lugar de ver como aliados, los ven como competidores a los que hay que mantener lejos y viendo si ya puso la marrana.
¿Con cuántos generales más habrá desayunado, cenado, merendado, encerrado ya Amadeo Flores? Solo él lleva la cuenta exacta, pero ese es el método de la suma. El PRI aún respira y si se levanta, cuidado.
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Pepe, el factótum del PRI
José Francisco “Pepe” Yunes Zorrilla, Senador de la República, se convirtió en este proceso de selección del candidato del PRI para LA DE DOS, en el Factotum de la clase política veracruzana. Fue largo el proceso, pero él y Héctor vencieron con su alianza de principios y objetivos las adversidades políticas que le surgieron en el camino.
Detalles que poco a poco se irán conociendo y escribiendo.
Héctor Yunes Landa, luego de aquella reunión en el CEN del PRI, invitó hasta quizá cinco veces a Pepe para que dirigiera su PRI sin éxito. “A Héctor no hay que hacerle sombra, hay que ayudarle, hay que llevarlo al triunfo, hay que arroparlo y no dar pie al vil ejercicio del amarre de navajas”, nos confió Pepe. Este reportero tuvo conocimiento desde aquella comida de San Julián que Pepe no iba a disputarle a Héctor la candidatura, pero era menester que no se manejara como una estrategia para no debilitar la Alianza Héctor-Pepe. También ahí supe y así lo escribí, que Amadeo sería el relevo de Alberto Silva cuando llegara la hora, con el aval de Héctor y de Pepe.
Ahora se maneja la idea en el CEN del PRI, que Manlio Fabio Beltrones quiere a Pepe en Veracruz como su Delegado Especial, con la idea y estrategia de que “Héctoristas” y “Pepistas” continúen el camino andado hasta el final. Manlio así lo quiere para no dejar un solo hilo suelto, por ello insiste, por ello maniobra.
Que se dé o no, quizá dependa de Pepe, quizá sea lo más apropiado y prudente, pues lo que viene será, como asegura su hermano Ramsés “la madre de todas las batallas”.
Ampudia, de alto calibre
Enrique Ampudia Mello, Secretario Particular del Gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, podría pronto decir adiós a Palacio. Como muy pocos Ampudia le ha servido a Duarte, con sapiencia y lealtad, sin hacer olas, sin protagonismos baratos y sin asomar la cabeza en el escenario de la vanidad. Operó bien, unió lo que se debía unir, apretó lo que se tenía que apretar. Tendió puentes, e incluso le dio tiempo de hacer sus propios amigos para siempre.
Pero como dice el Filósofo de Güemes, todo lo que empieza termina. Y no es que queramos que se vaya, pero personas de esa estatura es difícil que sigan jugando siempre en las ligas menores, sobre todo, cuando su amigo Manlio Fabio Beltrones teje a nivel nacional para ganar la mayoría de Estados con miras al 2018… y en ese tejido fino que ya realiza Manlio, le hacen falta cerebros del calibre de Ampudia. |
