El actual Gobernador de Chihuahua ya tuvo voz en la Conago y solicitó auxilio federal por la devastación financiera con la que recibe su estado, por lo que hizo una solicitud muy similar a la que encontramos en Veracruz: "No puede ser el gobierno federal ajeno con la situación de crisis económica de Chihuahua", afirmó Javier Corral al tiempo de proponer que se discutan ya las bases de un nuevo pacto fiscal. El propio artículo de El Economista establece que cuando “llegó al gobierno, hace poco más de un mes, narró Corral, encontró en la caja solamente 21 millones de pesos y en ese momento se requerían 2,300 millones de pesos para las necesidades básicas de la administración estatal por lo que hubo que contratar deuda”.
Esa fue la solución inmediata que encontraron en Chihuahua, como ha sido también la solución inmediata que ha ofrecido el Gobierno Federal en Veracruz. El propio Secretario de Hacienda, José Antonio Meade, lanzó ya un salvavidas al Estado al dar señales públicas de que Veracruz tiene la solvencia suficiente para la contratación de deuda. Cosa que hace un par de meses ni siquiera estaba presupuestado pues el Estado había llegado a sus niveles máximos de endeudamiento permitidos por las autoridades hacendarías.
¿Dónde estará entonces la solución posible para Veracruz? ¿Hacia dónde podría orientarse la mesa de trabajo anunciada por Miguel Ángel Yunes Linares con la Meade y Osorio Chong? Al parecer no hay muchas opciones y el camino a seguir viable es la contratación inmediata de deuda con banca de desarrollo para las contingencias más apremiantes, y encaminar a México a la creación de un nuevo marco jurídico en materia de coordinación fiscal para que los estados más ordenados y que presenten planes de ajuste y ahorro puedan tener mayores beneficios para sus ciudadanos. Así, si Veracruz hace verdaderos ajustes a su plantilla laboral y gasto, podría en un futuro tener mayores participaciones. La “riqueza” de Veracruz podría por fin verse recompensada pero tendría que merecerse con el apoyo del saneamiento de las finanzas públicas.
Este tipo de medidas no serán fáciles de digerir. Implica que el Gobierno del Estado deberá apretarse el cinturón, reducir brutalmente la nómina (“reingeniería” llamada eufemísticamente), ser eficiente en sus mecanismos de cobro de impuestos (si no es que incrementarlos), evitar meter dinero público en campañas políticas, entre otras acciones dolorosas que tarde o temprano tendrás que ser del dominio público. Veracruz es un Estado educado y no es con eufemismos como se ganará la confianza.
Vienen momentos difíciles. La Federación no dará más dinero del que ya dio. Peña Nieto es tajante “Cada entidad debe resolver sus asuntos financieros… cuando se dan los relevos dentro de nuestra democracia, se asumen desafíos, retos, y uno es el tema financiero”. La mesa de trabajo festinada por Miguel Ángel Yunes no es más que la oportunidad para aceptar la realidad y sentar las bases no para lo inmediato, sino para el futuro. |