El chihuahuense había denunciado que el Gobierno federal le había retenido casi 800 millones de pesos en supuesta represalia por una investigación de la Fiscalía de aquel Estado, por el presunto desvío de recursos públicos que habrían ido a parar al PRI.
Verdadero zoon politikon como le llamé entonces, a Miguel Ángel le salió el priista que lleva dentro y se mostró sin ninguna reserva como lo que es: el gobernador panista más priista que hay en el país.
Hizo políticamente en forma correcta lo que correspondía a los priistas abiertamente declarados, pero, apunté entonces, nadie de Osorio Chong para abajo (era entonces todavía Secretario de Gobernación) pasando por los líderes del PRI nacional Ochoa Reza, del Senado Gamboa Patrón, de la Cámara de Diputados Camacho Quiroz ni ningún gobernador tricolor, nadie salió a defender a su líder y jefe “nato”, al que dejaron solo.
Ante la acusación de Corral contra Peña, Yunes salió a decir que no sólo mantiene una buena relación con el Gobierno federal sino que nunca se le presionó para que no actuara en contra de Javier Duarte y que Veracruz recibe los recursos federales que le corresponden ya que éstos “están en el presupuesto, y el Presupuesto de Egresos de la Federación es una ley, no es algo que el Presidente pueda decir a este le das y a este no”.
Vamos, qué no dijo del Presidente, que ya nada más faltó que lo bañara y se tomara el agua, como dicen en el pueblo.
Recordé una vez más que lleva sangre y ADN tricolor de nacimiento político y que nunca ha gobernado Veracruz como un panista sino como un priista; que no es un político improvisado, que carga muchísimos años de experiencia, que conoce el sistema político mexicano por dentro y por fuera y que su actitud no era casual, sólo una ocurrencia, sino que supo perfectamente lo que hizo y por qué. Fríamente calculado.
Para centrarme en el tema al que quiero derivar, recobro un párrafo de varios que dijo: “Yo he mantenido con el Presidente de la República y con todos los secretarios de Estado y funcionarios federales una excelente relación, eso es lo que conviene a Veracruz, los gobiernos debemos actuar con sentido institucional no con sentido partidista”.
Como se dice en el lenguaje de la transa económica, no fue mal correspondido. El viernes pasado, sonriente lució una fotografía con Peña Nieto quien lo recibió en la residencia oficial de Los Pinos y aprovechó “para plantearle temas de seguridad, infraestructura carretera y empleo”. Salió con un capotazo: “Aprecio su compromiso con el desarrollo de Veracruz”.
Y por si quedaba alguna duda de la buena relación con el Gobierno federal de la que presume, ayer el Presidente le devolvió el apoyo en efectivo: enviándole al mismísimo Secretario de la Defensa Nacional, general Salvador Cienfuegos, cuando más lo necesita porque ya tiene el agua arriba del cuello, casi llegándole a la nariz, a causa de la violencia hasta ahora fuera de control. Equivalió a enviarle un tanque de oxígeno puro, a tirarle un salvavidas inflado.
Eso explica porqué el delegado de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Montano Guzmán, que en época pasada tuvo serios enfrentamientos con el ahora gobernador, se bajó del ring y ahora hasta le pasa cubeta, agua y toalla. Apenas el lunes pasado, en defensa de Yunes, declaró que no habrá Comisionado Nacional de Seguridad en Veracruz como lo han estado demandando varias voces, algunas priistas de relevancia, que “aquí hay un grupo de estrategia que maneja todo”, que el gobernador es el responsable, y que buscará conciliación y acuerdos “que favorezcan la gobernabilidad en beneficio de la ciudadanía”.
Alejandro no sólo es soldado en el sentido literal del término pues es capitán retirado del Ejército, donde no por eso se acaba la disciplina y la lealtad al Instituto armado y por lo tanto se pliega a lo que ordene su General Secretario Cienfuegos, sino que además recibe instrucciones directas de la Secretaría de Gobernación. No puede desobedecer y actúa en consecuencia.
Obras son amores y no buenas razones, nos legó Cervantes en La Dorotea y luego así tituló una comedia Lopez de Vega.
Cuando el gobernador expresa que los gobiernos deben actuar con sentido institucional, no partidista, está diciendo que él procede así, pero esa institucionalidad forzosamente conlleva diálogo, negociación, entendimiento, acuerdo.
Y porque se trata de políticos, es inevitable pasar del ámbito de las instituciones al terreno político, más cuando en forma extraña, presuntamente opositores, tiene lugar ya la guerra electoral en la que se enfrentan sus partidos.
En la liturgia priista, y eso Miguel Ángel lo sabe perfectamente como el priista que es, se supone que el Gobierno federal, esto es, el presidente Peña Nieto, debiera estar tratando de ahogarlo reteniéndole u obstaculizándole la entrega de recursos, vetándole la entrada a Los Pinos, creándole el mayor número de problemas, desatando en su contra una guerra mediática con el lodo más sucio posible, dejándolo que se ahogara en la violencia y los ríos de sangre y las montañas de muertos, en fin, pero no, al contrario, no sólo lo apapacha personalmente sino que también le manda apoyos de la importancia de quien tiene a su cargo la seguridad de la nación.
¿A qué arreglos llegó, qué acuerdos políticos tiene con el Presidente además de los meramente institucionales?
¿Se habrán dado cuenta ya los priistas que se entiende muy bien con el jefe de ellos?
¿Acaso se trata de protegerlo y apoyarlo con todo con tal de que sirva de ariete contra Andrés Manuel López Obrador e impida que gane la elección en Veracruz y a favor de José Antonio Meade?
¿Si eso fuera, a cambio no le obstaculizarán el camino para que su hijo lo suceda en el Palacio de Gobierno?
¿Es que Peña se dio cuenta que Miguel es el operador político que quisiera tener y que no tiene en su equipo para cuidarle su salida?
¿Le darán vista, como un acto de cortesía política, de la lista de los nuevos delegados federales que están por ser nombrados en el Estado, o que ya fueron nombrados y pueden entrar al relevo este mismo fin de semana?
¿Por un acuerdo y conveniencia política, con tal de disminuir a Morena en Veracruz, le meterá el hombro al PRI estatal?
¿Qué, qué, qué más? |