Un partido al que los gobernadores del ‘Nuevo PRI’, como los calificó Peña Nieto, hartaron a los mexicanos por su manera tan burda de robar y permitir que la inseguridad creciera a niveles imparables.
A propósito, el INE nunca dijo no poder organizar la elección interna como declararon desde las oficinas del CEN, sino que para organizarla necesitaba al menos 6 meses, es decir, sí estuvo dispuesto a fungir como árbitro, pero hasta el mes de enero del 2020.
Pero los aspirantes y sus titiriteros tenían mucha prisa y presionaron para que la elección interna se organizara directamente por el CEN del PRI a través de sus estructuras estatales, distritales y municipales; lo cual permite adelantar que será otro cochinero como el que acaba de llevarse al cabo en Veracruz.
Nadie da un cacahuate porque así se realice un ejercicio democrático, ni limpio, ni directo ni abierto.
Para empezar, el Padrón Oficial registrado en el INE de 6 millones 368 mil militantes data del 1017 y fue el que sirvió para su Waterloo en la elección del 2018.
Desde esa fecha a la actual muchos han desertado e incluso andan peregrinando por el país para formar sus propios partidos políticos.
Por ello, lo más probable es que en esta ocasión se les venga encima su tercer gran rompimiento desde que Vicente Fox en el dos mil los expulsó de Los Pinos.
La primera ruptura se dio en el 2002 cuando el CEN del PRI decidió ‘democratizarse’ y realizar su primera consulta a la militancia en una competencia sucia entre Roberto Madrazo Pintado y Beatriz Paredes Rangel, en la que los gobernadores metieron las manos groseramente en favor de Madrazo (por ejemplo los de Tabasco y Oaxaca en donde se presentó una votación fuera de toda lógica, pues se contabilizaron 15 votos por minuto durante toda la jornada electoral).
Beatriz Paredes y sus miles de seguidores se disciplinaron no sin antes hacer tremendo borlote nacional y demostrar el tremendo fraude electoral en su contra (¿Le suena conocido? Adolfo Ramírez, ahí te hablan).
La segunda fractura la volvió a protagonizar el tabasqueño Roberto Madrazo, con aquel pleito mayúsculo que tuvo contra Elba Esther Gordillo Morales, líder del SNTE y en ese entonces Secretaria General del CEN del PRI. Como resultado, Elba Esther y Beatriz Paredes hicieron mancuerna política e hicieron morder el polvo a Madrazo. Los maestros y los seguidores de Paredes Rangel se la cobraron a Madrazo e impidieron que pudiera llegar a Los Pinos.
La pregunta y apuesta al día es saber ¿cuál de los 6 aspirantes será el afortunado tapado de la cúpula tricolor? ¿Alejandro Moreno Cárdenas, Ivonne Ortega Pacheco, José Narro Robles, Lorena Piñón, Ulises Ruiz o José Antonio Meade Kuribreña?
¿Cuáles de ellos pasarán a la historia como los títeres, monigotes o peleles que se prestaron al último tango del PRI a sabiendas que no tenían la menor oportunidad?
Muy pronto lo sabremos.
@frlicona | 
