LOS RUMORES se hacen realidad en el sentido de que ya se han dictado sendas órdenes de aprehensión en contra del ex Fiscal del Estado, Jorge Winckler Ortiz, y otros personajes ligados entre sí y dependientes de un mando mayor que se encuentra establecido en el Estero, lugar así llamado muchas veces, para referirse a la residencia del ex Gobernador del Estado, Miguel Ángel Yunes Linares, ubicada en la zona de Boca del Río, Veracruz.
Los delitos por los cuales se les acusa, son diversos y ampliamente expuestos desde hace tiempo, como son la desaparición forzada de personas y de privación de la libertad, en su modalidad de secuestro, independientemente, se dice, de haber sido parte en el proceso de demostración del músculo político de los Yunes, que en determinado momento demostraron con rencor, soberbia y sin medir las consecuencias, menos de tomar en cuenta la bíblica sentencia de que los carniceros de hoy, serán las reses del mañana, tal y como ahora está sucediendo y ha sucedido en otros capítulos de la historia política del país y del Estado, particularmente.
Se asegura que por esta razón, hay vigilancia muy cerca del estero, para impedir, sobre todo, que el mismo ex Gobernador del Estado, Miguel Ángel Yunes Linares, se escape hacia otro país donde sea difícil localizarlo, aprehenderlo y posiblemente extraditarlo, debido a que los últimos acontecimientos lo están alcanzando, porque se supone que hay investigaciones relacionadas con hechos del pasado, tanto a nivel local, como federal, que pudieran ser suficientes para ponerlo en el banquillo de los acusados.
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Lo anterior, de ser cierto, tendría que saberse pronto, lo que confirma que tampoco se salva el propio Yunes Linares, sino que se concretarían los rumores que corren desde hace días en el sentido de que las autoridades, locales y federales, estarían disponiendo todo lo necesario para perseguir al ex gobernador.
Yunes Linares, llevó a la cárcel a dos ex Gobernadores. Uno es Javier Duarte de Ochoa, a quien se hizo y se hace, todavía, responsable de varios delitos en contra del patrimonio del Estado, y la federación, investigaciones que no han concluido del todo, pero que de alguna manera ya está pagando en la cárcel por una sentencia arreglada judicialmente de apenas nueve años. El otro caso se trata del ex Gobernador, por unos días importantes en la vida política de la entidad, Flavino Ríos Alvarado, a quien culparon indebidamente de algunas acciones de colaboración para el escape de Veracruz, precisamente, de su antecesor, Javier Duarte de Ochoa, sin considerar que este mismo personaje no había dejado de ser Gobernador del Estado, puesto que se encontraba fuera de sus actividades, por una licencia otorgada por el Congreso del Estado, ya que su posición no era renunciable por tratarse de un puesto de elección popular.
Pero lo anterior, ya es cosa del pasado y mientras no definan, con exactitud, si un Gobernador con licencia, sigue siendo Gobernador, o de plano ya se le considera ex gobernador, para los efectos que se han comentado, es otra cosa, porque ahora se está viviendo un momento complicado, nuevamente, dentro del ámbito político de la entidad, pues las piezas del ajedrez del ex mandatario estatal por dos años, se encuentran ya dispersas y sin cohesión alguna para mantenerse incólume, sobre todo, ahora que ya los muros de contención se han venido hacia abajo y ya no hay manera de detener lo que viene.
El círculo, por fin, se va cerrando y es posible que ahora sí se hagan efectivas todas aquellas acusaciones en contra del ex mandatario Yunes Linares, que vinieron, cuando menos en los rumores, formulándose desde que estuvo al frente del ISSSTE y luego por sus desatinos políticos en el Estado de Veracruz, al combatir la campaña del ahora Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, con ofensas personales, las cuales, como se ha dicho siempre, el mandatario nacional, las perdona, pero no las olvida.
Y claro que no las ha olvidado, puesto que todas estas circunstancias políticas que ahora se presentan, son, en gran parte, derivadas de las instrucciones que recientemente, por así decirlo, vino a dictar el mismo Presidente, en tierras veracruzanas, directamente al Gobernador del Estado, así como a otros personajes que se encuentran en el Congreso local, desde donde se fraguó, primero, el forzado despido de Winckler, para luego proceder, poco a poco, a poner en orden las cosas, continuando con las ordenes de aprehensión de las que en este momento se habla mucho, siendo indicios inequívocos de que la persecución ha comenzado.
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