Recordemos que en el caso de Veracruz, AMLO recibió de su equipo de asesores (comandado por Alfonso Romo), la recomendación de remover a Cuitláhuac García apenas cumpliera dos años en el puesto, derivado de un supuesto pobre desempeño en sus funciones, situación que de continuar, colocaría en riesgo electoral a Morena en el estado.
Posterior a ello, el Presidente decidió apoyar a su Gobernador en Veracruz elevando sus giras a la zona, además de ser más enfático en sus “espaldarazos” durante los eventos públicos que así lo permitieran. La intención de AMLO es evitar la decisión de remover a su leal amigo, cuando se cumplan los dos años de mandato.
Alfonso Romo entendió la voluntad de AMLO, por ello ejecutaron un plan para limitar las decisiones de Cuitláhuac García, y de esa manera exponerlo menos a equivocarse. Fue así como desde el centro del País lograron colocar aliados en el Orfis, la Fiscalía Estatal y el Poder Judicial, además de conservar la Jucopo y la Presidencia en el Congreso.
El margen para que García Jiménez se equivoque es bastante bajo, derivado de los cobijos que le han colocado. Además, para que no cometa yerros en su Comisión dentro de la Conago, AMLO ha pedido que sea el Secretario de Seguridad en Veracruz quien “haga esa chamba”.
Ahora bien, a pesar de todos estos mecanismos de protección para el Gobernador, (por la cual evidentemente se mueve con mayor seguridad en medios y eventos), AMLO no ha decidido aún si lo deja en el cargo o se lo lleva a CDMX. Esa determinación la tomará después de los reportes y evaluaciones mensuales por venir. Así están las cosas. Veremos qué ocurre.
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