Mis fuentes oficiales en España,quienes investigaron y arrestaron a #EmilioLozoya aseguran que está perfectamente sano.Que sus vínculos con la mafia rusa y el blanqueo de capitales están demostrados. La carpeta entregada a @FGRMexico prueba delincuencia organizada transnacional pic.twitter.com/BfqHS3ve7w
— Lydia Cacho (@lydiacachosi) July 17, 2020
La primera noticia de la mañana de este viernes giró alrededor de la supuesta mala salud del exdirector de PEMEX, Emilio Lozoya Austin. La FGR informó en un comunicado de prensa que el Ministerio Público ordenó trasladarlo a un hospital ya que un perito de la FGE le detectó ‘anemia desarrollada y problemas sensibles en el esófago, así como una debilidad general en toda su salud’.
Todo iba bien y se comprendía que por motivos de salud la Ley así lo contempla, pero… de pronto el ciberespacio se nubló con el ya famoso tuit de la periodista Lydia Cacho.
¡Lozoya salió perfectamente sano de España, de donde horas antes había sido extraditado a México!
Desde ese momento las preguntas superaron a las respuestas. Oficialmente no hay alguna explicación lógica al respecto.
¿Porqué mentir? ¿Porqué la mentira?
Quizá por lo delicado de las pruebas que Lozoya ha ofrecido entregar a las autoridades mexicanas con relación al internacional y caliente tema de Odebrecht, se entiende que traten de proteger su vida, pero las múltiples mentiras y engaños desde que sacaron camuflado al extraditado Emilio Lozoya del aeropuerto de la CDMX, no cuadra el eslogan de la 4T de no mentir. Opacidad, engaños que incluso cruzaron públicamente al Presidente AMLO durante la ‘mañanera’ que ofrecía desde Manzanillo, Colima.
Se entiende que la vida de Emilio Lozoya pende de un hilo, pues los delitos de que se le acusa y las pruebas que ha ofrecido para demostrar su inocencia han puesto en jaque a la clase política que formó el primer círculo de poder al lado del expresidente Enrique Peña Nieto.
Es decir, palabras mayores. De lo que declare ministerialmente Lozoya depende también la libertad de aquellos que sí le metieron las manos al dinero de Odebrecht, de quiénes maquinaron las operaciones y de quienes lo autorizaron.
Lozoya dice tener grabaciones que lo exoneran de esos delitos. Así que no serían pocos los que se beneficiarían con que Lozoya no llegara a declarar las verdades que le podrían bajar las penas y ahorrarle muchos años de cárcel.
El Gobierno Federal tendría suficientes razones para proteger a Lozoya pero le han faltado argumentos para darle claridad y limpieza al tema. Lo hacen en los Estados Unidos y en otros países, pero ensuciar el proceso con mentiras y opacidades no cabe en un gobierno que se autonombra honesto.
Imagínese la que deben estar pasando algunos exsenadores y exdiputados federales que hoy gracias al poder económico y sus relaciones con el Sistema de poder están convertidos en Gobernadores y en líderes políticos.
Pero quizá el peligro real le venga a Lozoya de lo que el expresidente Enrique Peña Nieto tema que salga a la luz pública
Pero si todo lo anterior cimbró al alto círculo de poder de la 4T... Peor hará lo que afirma la periodista Lydia Cacho acerca de los vínculos de Lozoya con la mafia rusa, el blanqueo de capitales y sus nexos de la delincuencia organizada internacional de lo cual, según la periodista, la FGR cuenta con pruebas; esas sí son palabras mayores que podrían gestar finales insospechados.
El Caso Lozoya es la llave de la Caja de Pandora cuyo final nadie podría predecir. Pero huele muy mal.
@frlicona | 
