“…debo manifestar que no me sentía bien, esto es, no sabía cómo había llegado a casa de ella (su amiga cuyas iniciales son MFVC), ni quién o quiénes me habían llevado, me sentía muy mareada, rara y sin voluntad, después recuerdo que me subieron a un coche”.
Hace poco más de tres meses, en este mismo espacio, le di un adelanto:
“¿Recuerda usted el tristemente célebre caso de “Los Porkys de Costa de Oro”? (…) En Veracruz la sociedad parece ser de corta memoria, pues otro caso de violación de una jovencita, por parte de jovenzuelos hijos de prominentes empresarios del puerto de Veracruz, está por salir a la luz pública. Muy pronto, una vez que se cumplan los protocolos jurídicos, en este mismo espacio le daré más detalles”.
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La denuncia ya fue presentada. La víctima, una jovencita de escasos 18 años de edad, narró a las autoridades cómo fue engañada y forzada sexualmente, por dos o hasta tres sujetos, adultos, que le suministraron algún tipo de droga.
Los presuntos agresores –dos de ellos identificados como Diego “B” y Ricardo “M”, ambos estudiantes universitarios, alumnos de escuelas exclusivas como los colegios Rougier y La Salle- fueron señalados por la víctima como las personas que se confabularon para tomarla contra su voluntad.
En el testimonio, la joven narra fragmentos de lo vivido:
“…recuerdo estar subiendo unas escaleras, y entrar a un cuarto; yo me sentía muy incómoda, y en lo absoluto no me sentía bien, recuerdo haberme ido a sentar a una barda, junto a las cosas que habían comprado, también recuerdo que uno de los sujetos del sexo masculino, me dio una cerveza, pues éste me dijo, ‘tómatela es una cerveza para que te sientas mejor’, y posteriormente, no recuerdo si la ingerí o no, pero sí recuerdo que dos hombres estaban intentando besarme, yo claramente no quería y recuerdo que los empujaba, pero se reían, ya que derivado del mal estado en el que me encontraba ni siquiera los podía empujar con fuerza”.
En la denuncia penal, que ha sido integrada por la Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia Contra las Mujeres y Trata de Personas, (que ha realizado una investigación seria, detallada, profesional, cumpliendo los protocolos que se exigen para estos casos) se hace notar que los elementos de prueba y los testimoniales permiten acreditar la comisión del delito de violación sancionado por los artículos 184 y 185 del Código Penal de Veracruz.
“… al estar sentada en la cama, recuerdo que me hice para atrás, inconsciente de saber la situación en la que estaba; yo me seguía sintiendo mal, mareada, sin voluntad, ni fuerzas; después recuerdo que Diego “B” ya estaba junto a mí, igual acostado, me quitó mi teléfono (…) entre voces se preguntaban y discutían sobre mi edad, alguien dijo ‘tiene diecisiete’ y alguien más decía que no, que tenía dieciocho, y después recuerdo que dos de ellos me estaban bajando el pantalón, uno de cada lado de la cama, y yo no podía hacer nada al respecto para evitarlo, pues sólo podía moverme de lado a lado, pero no tenía la capacidad suficiente para poder levantarme y es lo último que recuerdo de esos momentos”.
En la denuncia se incluye el testimonio de una menor de edad (su amiga MFVC), quien acompañó a “su amiga” y a sus agresores a un motel y ratificó gran parte de lo expresado por la víctima, por lo que su situación podría pasar de “testigo” a “presunta copartícipe”.
Los presuntos responsables, plenamente identificados no sólo por la víctima sino por la amiga que los acompañó, han intentado evadir su culpa. Sus padres han circulado versiones en las que sugieren que en realidad la responsable de todo fue la joven; mientras tanto, sus hijos cerraron sus redes sociales, tras fracasar en su intento por convencer a la joven de que callara.
Los errores tendrán sus consecuencias.
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