No me lo crea, pero adentro de la estructura del gobierno estatal cada vez son más fuertes y repetidos las versiones de que los jefes de las diversas áreas andan muy nerviosos, desvelados, temerosos, por la exigencia que les están haciendo de que forzosa y necesariamente tienen que entregar una cuota de votos que les están fijando, bajo la amenaza de que sí no cumplen serán despedidos. Lo que se comenta adentro es que hay mucha preocupación porque los candidatos de Morena no levantan y la oposición se fortalece.
Parece que las cuentas no les están saliendo e incluso tienen motín a bordo, como lo demuestra la marcha que morenistas realizaron ayer por el centro de Xalapa acusando al delegado Esteban Ramírez Zepeta por, dijeron, la imposición de candidatos y candidatas a diputados y a presidentes municipales, exigiendo que sean “líderes legítimos” de su partido los que tengan las candidaturas, no externos.
El contingente estuvo encabezado por el fundador de Morena, Héctor Quintanar García, quien demandó transparencia en el proceso de designación, además de que reprochó que 20 diputados locales pretendan reelegirse cuando, aseguró, no han rendido cuentas. Acusó que “cacicazgos” en su partido trafican con la política y todos gritaban ¡Fuera Zepeta!, a quien reprocharon que no marchara con ellos.
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La pregunta, otra vez, es ¿dónde está el operador político del gobierno? Ya se ve, hay inconformidad de su militancia, están divididos, mientras que la oposición está unida y re-unida. Parece que hay motivos para el nerviosismo oficial y que, si las cosas no les salen bien, los paganos serán los secretarios, los subsecretarios, los directores y todo al que ven enfrente. Y la burocracia anda muy temerosa, comprando cajas de té de tila, qué le cuento.
Ya solo faltan ocho semanas para ir a las urnas. La tensión crecerá. Si usted trabaja en el gobierno, más le vale que se cuide. |