A tres años de iniciado el actual gobierno, el tema de la distribución, comercialización, aseguramiento y financiamiento de los productos del campo sigue siendo el gran pendiente de AMLO.
Ignacio Ovalle Fernández al frente de SEGALMEX, organismo responsable de la Seguridad Alimentaria Mexicana, y Baldemar Hernández Márquez, en la Financiera Nacional de Desarrollo, no han dado el ancho ni han respondido a la confianza de su amigo el presidente Andrés Manuel López Obrador.
En la primera dependencia de las mencionadas, sus logros no son objeto -por ejemplo- de ser mostrados en las mañaneras de Palacio Nacional sino casi que podrían ir en la nota roja. Varios de sus principales funcionarios son clientes de Roberto Salcedo, titular de la Secretaría de la Función Pública, como antes lo fueron de Santiago Nieto Castillo en la Unidad de Inteligencia Financiera del SAT. Los presuntos actos de corrupción se multiplican, pero los grandes beneficios para el campo mexicano no llegan. La inflación más alta de los últimos 21 años que actualmente se padece en el país, es en gran parte por la falta de producción en el campo.
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Y en el caso de la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero (FND), a cargo del tabasqueño Baldemar Hernández Márquez, es un elefante blanco y reumático que no jala ni para atrás ni para adelante. Sus números de colocación de créditos al campo son todo un misterio. Baldemar hace tiempo que anunció a su personal sus intenciones de renunciar al cargo, pero no lo ha hecho; ha preferido nadar de a “muertito” y seguir acumulando su sueldo en una cuenta bancaria.
Se podría decir, sin temor a equivocaciones, que estos dos funcionarios han sido hasta hoy la gran decepción de la 4T. Ninguno de los dos ha impulsado el desarrollo del medio rural, pues el financiamiento no ha fluido y la comercialización de los productos del campo es un desastre que sigue en manos de coyotes. Eso de que todo iba a mejorar con un Banco de Desarrollo Rural con criterio productivo, así como la distribución, comercialización y aseguramiento de los productos agrícolas con justicia social, tanto para productores como para consumidores se ha quedado solo en el diseño que hizo Ignacio Ovalle Fernández y los buenos deseos de Baldemar Hernández.
Andrés Manuel López Obrador ha pagado con ellos, facturas de amistad que le han salido muy caras al pueblo mexicano.
@frlicona
(Columna "Figuras y figurones") |