Después de perder el Estado de México, el bastión más grande de votos para candidato-a, partido, coalición o alianza que aspire llegar a la presidencia, lo que le espera a la oposición en el 24 es una sonora paliza.
Y es que lo que han perdido el PAN-PRI-PRD en los últimos años ha sido un escándalo.
23 gobernadores de MORENA, Verde y otros aliados, que representan el 71% de las entidades del país, no serán fácil de vencer en las próximas elecciones del 2024 pues solo ellos gobiernan a un poco más de 87 millones de mexicanos.
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Y eso, solamente eso, es lo que han perdido los tres impresentables dirigentes nacionales del PAN, PRI, PRD, ‘Alito’ Alejandro Moreno Cárdenas, Marko Cortés y Jesús Zambrano, respectivamente.
Los votantes no solo les han dado la espalda a esos partidos, les han machacado en las urnas que no los quieren ya en el gobierno por la negra historia de corrupción que dejaron al país en manos del crimen organizado y las dependencias del sector social casi en manos de empresarios afines a sus objetivos políticos.
Además de ello, el rechazo popular inclusive de las mismas militancias del PAN, PRI y PRD, ya están hartos de sus dirigentes gandallas que luego de ser arrollados en las elecciones del 2021 se negaron a dejar el cargo, a darle paso a gente nueva y menos impresentable que ellos y los tres, por sus pistolas y a pesar del rechazo de sus bases, se ampliaron su periodo como dirigentes.
Hoy, cuando se les pase la depresión por la dolorosa derrota en el Estado de México, el senador Miguel Ángel Osorio Chong y sus seguidores -que ahora serán miles- quizá les sirva de algo correr a esos zánganos, impresentables y gandallas dirigentes.
Mientras las militancias no se decidan, el periodo de recuperación, redención y renovación, de los tres partidos antes antagónicos y hoy unidos por la desgracia política, el regreso al poder se ve en el horizonte como un inalcanzable arcoíris.
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