Así, lejos de destacar la forma y el número de personas que acompañaron a Xóchitl (que no fue cosa menor), estuvieron con ella hasta clarear el día, madres buscadoras, jóvenes, médicos, ganaderos, mineros y cientos de ciudadanos que portaron velas y antorchas ansiosos, no quizá de que les regreses a sus familiares sino saber quién es capaz de que haya seguridad y que no se repita en otras familias la desaparición de sus familiares.
Lo importante en tiempo de ofertas de campaña es analizar las propuestas de Xóchitl y de los otros dos candidatos a la presidencia, para que así haya elementos de reclamo en su contra. Por ejemplo, la principal promesa de Xóchitl es que le pondrá al tema de la inseguridad, “cabeza, corazón y coraje”. Mal haría sino prometiera eso.
Pero vamos a la carnita, o sea las promesas de campaña que Xóchitl se compromete cumplir:
1.- Consolidar el mando de la Guardia Nacional mediante el aumento de 150 mil elementos a 300 mil, con la intención de que se refuerce su presencia en todo el país;
2.- El Ejército ya no hará más obras públicas, fortalecerá la participación de los gobiernos estatales en materia de seguridad y regresarán los fondos de seguridad para los municipios;
3.- Reforzar la lucha contra los cárteles de la droga, los extorsionadores y crear una prisión de muy alta seguridad, con tecnología de punta, donde los criminales la piensen dos veces para no llegar ahí;
4.- Se vigilará con más precisión las aduanas del país para que no entren armas ilegales y precursores químicos, y;
5.- Terminar con la política pública errónea de “abrazos y no balazos” del actual gobierno federal.
Así que las propuestas de Xóchitl ahí están y aquí no se va a discutir su eficiencia, esa será la tarea que le deberá corresponder a los otros dos candidatos presidenciales que tendrán que decir si esas propuestas son o no viables y qué harán ellos en consecuencia.
¡Debate de altura! Exigen los mexicanos.
Es decir, los mexicanos nos merecemos un debate a fondo y de altura, puntual y específico, pues ya basta de dar el voto en función de lo superfluo, lo coloquial o al más educado, guapo, dicharachero o al que mejor miente madres; o más allá, a quien nos pinte un país de futuro sin que entienda el presente, ni haga propuestas concretas y claras que se puedan debatir durante el proceso de campaña. Si las propuestas no pasan la prueba del ácido, seguro que no la cumplirán, es decir, no habrá para los mexicanos un Sistema de Salud como el de Dinamarca.
Basta ya de extender cheques en blanco como se les ha dado a Echeverría, López Portillo, Miguel de la Madrid, Calderón, Peña Nieto o al mismo Andrés Manuel López Obrador. ¡Por favor, ya no!
Ahora, que a quien en principio le corresponde analizar las propuestas de Xóchitl, por salir primero, o las de Claudia Sheinbaum y de Jorge Álvarez Máynez, es a los mexicanos, solo a nosotros nos toca escuchar y valorar las propuestas y decidir quién de los tres podrá poner paz, desarrollo económico y justicia social.
Estaremos, eso sí, atentos a las respuestas y sobre todo a las propuestas de los otros candidatos, porque insisto, Xóchitl tiene razón: el tema es la inseguridad y cómo revertirla.
Así que si los candidatos no le entran al debate, aquí sí le vamos a entrar en serio. No importará cuántos acarreados llevó Xóchitl, Claudia o Jorge, eso lo dejamos para quienes se emocionan con ese tipo de lodo, aquí vamos, y le invito a mis lectores a participar en el debate en serio.
Va mi voz en prenda.
Sígame en @frlicona
(COLUMNA "FIGURAS Y FIGURONES") | 
