El prototipo que acaba de prensentar Volvo, el 360c, es un coche autónomo y eléctrico cuyo diseño resulta innovador a rabiar; no tiene volante (¿para qué lo querría si no necesita conductor?) y distribuye su espacio interior como si fuera el de una cabina de un jet privado de modo que puedes dormir, trabajar, descansar o ver una película, del mismo modo que lo harías en un avión pero con mayor comodidad.
Mayor comodidad porque, para empezar, te ahorras el traslado al aeropuerto y los posibles tiempos de espera, te ahorras también viajar en compañía y lo haces en la privacidad que te otorga rodar en tu propio vehículo; el Volvo 360 está pensado como el coche del futuro y la alternativa perfecta a los vuelos cortos en los que pierdes tanto tiempo por la parafernalia propia del aeropuerto como ganas por aquello de llegar volando.
Este nuevo prototipo, que parece más un sueño que una realidad, es un paso más en el camino de Volvo hacia los vehículos autónomos que representarán, según cálculos de la propia compañía, un tercio de los vehículos que comercialicen en 2025.
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¿Es seguro viajar en un coche autónomo? te preguntarás… lo es tanto como viajar en un vehículo con un complejo ordenador de a bordo, un sistema GPS de última generación y varias cámaras de 360º. Si eres de los que todavía dedica tiempo a calcular la muerte del diesel, el resurgir de la gasolina, la autonomía de los vehículos eléctricos y o la conveniencia de los sistemás de propulsión híbridos, echa un ojo al nuevo prototipo de Volvo y anticípate a la revolución que viviremos en el mundo de la automoción en la próxima década.
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