Además de su portabilidad fue el primero en incorporar los avisos por vibración.
El StarTAC era ligero (94 gramos) y muy pequeño para la época (46 × 87 × 20 milímetros cerrado).
Para desplegar la antena había que tirar suavemente de ella y se rompía con facilidad. También fue el primero en soportar mensajería SMS, y eso que era una tecnología en plena implantación.
A la primera versión, con pantalla monocroma LED en rojo le siguieron varias ya con pantalla digital. Fue el primer móvil en venderse con una segunda batería conectable desde fuera.
Alrededor de 60 millones de teléfonos StarTAC se vendieron durante la vida útil de la serie, convirtiéndose en el estereotipo de lo que la mayoría de las personas se refieren como ‘teléfonos plegables,’ hasta el día de hoy.
Debido a su innovación, en ese tiempo, arrancó con un precio de mil dólares, una fortuna para la época.
Fue avistado como el teléfono de los agentes Mulder y Scully en Expediente X y protagonizó los deseos tecnológicos de toda una generación.
Asimismo, llegó a ser parte de la lista de la revista Time como uno de los 100 mejores gadgets de todos los tiempos.
La línea antecesora al StarTAC fue la del Motorola MicroTAC, cuyo primer modelo data de 1989. Pesaba unos 350 gramos y fue de los primeros que se abrían, dejando al descubierto el teclado.
Sin embargo, la tapa no cubría todo el terminal, como ocurría con la siguiente generación de la marca. Su modo clamshell fue una de las características que situaron al teléfono como un adelantado en su tiempo. | 
