Te compartimos tres claves que te permitirán aprovechar esos días en los que no puedes concentrarte y tu cerebro parece no querer cooperar, por más esfuerzo que hagas para ser productivo.
1. Inicia con tareas pequeñas
No solo porque te sientas sin ánimos de trabajar en el proyecto de algún cliente muy especial o en tu obra maestra, no significa que no puedas ser productivo, aunque sea en menor medida.
Completar tareas menores pueden ayudar a motivarte para después realizarpendientes más demandantes.
Así que si sientes que tu mente está dispersa y te cuesta concentrate en alguna actividad importante, trata primero de realizar algunos pendientes menos abrumadores, que al menos te permitan avanzar durante el día.
Con la mente ya más despejada, estarás preparado para ocuparte de proyectos más relevantes, estar realmente concentrado y libre de distracciones.
Incluso si no lograste terminar con todos tus pendientes, al final sentirás satisfacción por los pequeños puntos que hayas completado de tu lista, y no sentirás que tu día fue un completo desperdicio.
2. Identifica pendientes que solo te quitan tiempo
Tal vez te ha ocurrido que al momento de acostarte y cerrar los ojos, "brincan" a tu mente algunos pensamientos, la mayoría de las veces se trata de asuntos pendientes que luego olvidas o no has completado, pero que cuando estás ocupado con otras cosas más apremiantes, estas ideas regresan a interrumpir y distraerte del curso de tus actividades.
Lo anterior se debe a una condición psicológica, llamada el efecto Zeigarnik, que es la tendencia a experimentar pensamientos intrusivos sobre un objetivo que alguna vez se trató de realizar, pero se dejó incompleto.
Pues son justo ese otro tipo de tareas que valen la pena completar cuando estás disperso, así una vez que sientas tu mente se calma y aclara, esos pensamientos ya no te incomodarán tanto y podrás dedicarte a lo que realmente necesitas hacer.
Un ejemplo práctico es limpiar la bandeja de entrada de tu correo electrónico.
Expertos en el tema aconsejan que para dejar de procrastinar, lo importante es comenzar con algo sencillo, que no requiera tomar decisiones complejas, pero que poco a poco ayude a despertar tu mente y ya cuando estés listo para trabajar, tu correo electrónico estará limpio y listo para saturarse de nuevo.
Claro que si encuentras algún mensaje que necesite de más atención, sería buena idea que lo agregues a tu lista de pendientes y lo atiendas una vez que tengas más claridad.
3. Aprovecha tu creatividad
Un estudio realizado en 2011 por Mareike Wieth, antigua miembro del departamento de Psicología de Albion College y and Rose Zacks, de la Universidad de Michigan muestra que cuando las personas son susceptibles a distraerse, están agotadas, pueden resolver con facilidad problemas que requieren mayor entendimiento, que necesitan ser vistos desde diversas perspectivas.
Así que al no poderte concentrar, puedes aprovechar ese momento para simplemente ver alternativas, buscar información relacionada a algún tema que necesites resolver, sin que necesariamente estés forzándote a llegar a alguna conclusión. Esto ayudará a abrir tu mente a otras posibilidades, e incluso a innovar.
Cuando estés disperso, trata de recordar algún problema en el que estés trabajando, y permítete pensar en ese proyecto de una forma relajada, desde otros ángulos. Es probable que te ayude a ver alguna solución creativa, que tal vez no encontrarías en otras condiciones.
Para emergencias
Si resulta que el tiempo te ganó para entregar algún pendiente o te encuentras con la mente dispersa, en un día en el que no te puedas librarte de realizar tareas importantes; en ese caso te compartimos algunos consejos para ayudar a concentrate, aunque sea solo lo suficiente para cumplir con lo más urgente en el día:
Sal a despejarte: Estudios demuestran que la Vitamina D, que produce el cuerpo cuando se expone al sol, puede ayudar a tu concentración; además distraerte un poco puede ayudarte a regresar a tu oficina con una mejor actitud para terminar tu trabajo.
- Muévete: Caminar unos minutos, aunque sea al baño, a tomar agua al otro lado de la oficina, o bajar y subir unos cuantos escalones, te ayudarán a incrementar tu flujo sanguíneo, oxigenarte y mandar nutrientes a tu cerebro que te activarán, aunque sea por unos preciados minutos.
- Medita: Permitirte cinco a diez minutos concentrado en tu respiración o alguna técnica más avanzada de meditación, te ayudará a reaccionar mejor y sentirte más despierto.
Tomado de Excélsior |