Antes de que saliera el sol en la comunidad del Cerrito Cayetano, sus hijos Felipe y Rodrigo, y su vecino Martin, ya estaban arriba del carro para salir rumbo a Tezonapa; ellos nunca llegaron, encontraron la muerte en medio de un charco de combustible producto del robo en un acto de Pemex.
La mañana del sábado 13 de mayo las llamas arrebataron la vida de dos jóvenes y dos hombres mayores; algunos dicen que fue la chispa de la marcha del carro lo que inició el fuego, había llovido la noche anterior y sus ocupantes nunca imaginaron que el liquido acumulado en el camino fuera gasolina dejada por los huachicoleros.
Todos los hombres que ahí murieron se dedicaban al campo y todos de una forma u otra querían una vida mejor a base de trabajo honesto.
Cayetano era el que manejaba su viejo tsuru, como cada sábado llevaba a Rodrigo de 14 años a sus clases de computación, su sueño era que sus hijos tuvieran más opciones que solo dedicarse al campo.
Rodrigo, el otro hijo de Cayetano, de 19 años, también estudiaba, un una Universidad tomaba clases de electrónica y reparación de celulares.
“Cada sábado a su niño lo llevaba a Tezonapa a computación entonces ya viernes él se acostaba ya pensando que al otro días se iba a levantar temprano a llevar al niño, él se levantaba a eso y contento porque sus hijos salieran adelante, siempre preocupado por sus hijos”, relató Alejandra, hermana de Cayetano.
Martin también queria una vida mejor, a sus 70 años continuaba trabajando como jornalero en el corte de caña. Junto con su segunda esposa sacaba algunas cosas a crédito para adornar su casa y las iba pagando con el fruto de su trabajo.
Precisamente el día del accidente Martin iba rumbo a Coppel para realizar un pago, sus familiares lo describen como una persona responsable, sin vicios y que toda su vida se dedicó al campo.
“El cortaba caña, en el grupo de cortadores del ingenio Las Constanza, ahechaba azadón, era lo que estaba haciendo está semana, hoy no iba a chambera y fue a pagar”, relató Arcadio Martinez, hermano de Martin.
El miedo a morir quemado
La zona de comunidades de Tierra Blanca esta enmarcada por los rastros del fuego, los carros incendiados y abandonados o los arboles carbonizados son muestra de la presencia de los huachicoleros que controlan la región.
La del 13 de mayo no fue la primera explosión que los habitantes de la región han presenciado, todos saben que el riesgo es latente por la sola existencia de los ductos de Pemex, cuya peligrosidad se incrementa con cada acción que los ladrones de combustible realizan.
Pero no solo es el miedo a las explosiones; los habitantes de la región prefieren no salir de noche, cuando se oculta el sol los campesinos se guardan y los huachicoleros operan en impunidad.
Muchos prefieren no hablar de lo ocurrido, por miedo a represalias, sin embargo un primo de Cayetano a raíz del dolor de su muerte se arma de valor.
“Son muchas las zonas que estamos en este riesgo, siempre anda uno con el temor y con el miedo, (…) con el simple hecho de pasar los ductos ya está uno en una bomba de tiempo, aquí anda uno con el miedo porque ya de cierto horario no puede uno salir ni nada”, señaló Jaime Medina Sánchez.
Los vecinos de Cerritos y de los otros poblados cercanos se sienten abandonados; aun cuando hay un destacamento del ejercito cerca parece que estos no están dispuestos a detener el robo de combustible.
Tampoco confían en Pemex, pues señalan que la paraestatal ya sabia de la fuga que provocó la explosión desde un día antes y no hicieron nada para remediarlo, ademas de que los equipos de emergencia tardaron varias horas en llegar.
“Que pongan más atención y que hagan su trabajo como debe de ser, que no nadamos quieran ganase el dinero sentados porque si el gobierno hubiera estado ahí, porque supuestamente la fuga fue desde anoche, si ellos hubieran estado ahí al pendiente no hubiera pasado esas cosas”, expresó Alejandra.
Ahora solo queda esperar la reacción de las autoridades, a Cayetano le sobreviven su esposa y una niña; a Martin su esposa ya mayor. Lo que todos los habitantes de Cerritos exigen es que Pemex se haga responsable e indemnice a los familiares que han quedado desamparados en una tierra llena de pobreza y miedo, Desamparados en Tierra Blanca.
(Agencia Los Editores) |
