Hasta ahora, entre los aspirantes priistas los únicos que no podrían ser candidatos del PRI a la Presidencia de la República por los candados vigentes son el titular de Hacienda, José Antonio Meade Kuribreña, y el Secretario de Salud, José Narro Robles.
Si se elimina el candado de los 10 años, la lógica obliga la conclusión de que en Los Pinos ya se decidieron por Meade o por Narro. De otra forma, ¿Para qué eliminar el candado?
En política las señales cuentan y cuentan mucho, y cada día Peña Nieto envía algunas que parecen ser inocentes pero que encierran grandes contenidos futuristas. El ascenso de Meade a SEDESOL. Llevarlo a Hacienda donde ya había despachado en dos veces anteriores con gobiernos panistas. Y la más reciente, el que Meade se haya reunido con el Secretario de Seguridad Interna de los Estados Unidos, John Kelly, en Palacio Nacional. ¿De qué pudieron hablar el responsable de las finanzas en México y el experto en seguridad interna de Trump? ¿Por qué Kelly, como responsable de la Política de Seguridad Interna, no habló con el responsable de la Política Interna de México, Miguel Ángel Osorio Chong?
Lo anterior es una señal muy clara hacia el equipo de Trump, que el elegido de Peña Nieto para ser candidato a la Presidencia no es más que José Antonio Meade Kuribreña. El mensaje que Meade posteó en Twitter lo dice todo: “Reiteré al Secretario Kelly la voluntad de #México de trabajar de manera cada vez más estrecha”.
Las señales sucesorias son cada vez más evidentes, si en la XXII Asamblea se vota por eliminar los candados, el único beneficiado sería el titular de Hacienda (José Narro es placeado para evadir el desgaste del delfín, se convirtió como el hueso del aguacate que solo sirve para despistar).
Si se elimina el candado de 10 años de militancia en el PRI, ya no tendría caso esperar a diciembre para saber el nombre del candidato del PRI. Sería como tener un “tapado destapado”, cuya señal tendría desde luego su impacto en Veracruz en la persona del Senador Pepe Yunes Zorrilla, aunque con dos vertientes o alternativas:
1) Que Pepe Yunes sea el candidato natural a la gubernatura en el 2018.
2) Que Meade y Videgaray perfilen a Pepe desde la campaña para la titularidad de la Secretaría de Hacienda Federal, lo que no sería descabellado puesto que en el sexenio de Peña, Pepe ha sido el operador de las reformas hacendarias y ha tenido el contacto legislativo con la cúpula empresarial mexicana y los grandes consorcios internacionales.
Además, Pepe es el hombre de confianza de Meade y quedaría como anillo al dedo como su hombre fuerte en Hacienda.
Todo lo anterior, haría girar la bola que buscaría una tercera banda sobre el también senador Héctor Yunes Landa, quien no tendría rival para ser el candidato del PRI a la gubernatura de Veracruz (por segunda vez).
Ahora bien, si en la Asamblea no quitan el candado mencionado, entonces la candidatura del PRI por la Presidencia se definiría hasta diciembre o enero, y los contendientes sería Miguel Ángel Osorio Chong. Lo anterior significaría también la obligación del PRI de pactar con el PAN porque Osorio Chong sería un candidato enviado a perder, con lo que le escriturarían Los Pinos al PAN y entonces, tendría que haber negociaciones en los Estados.
En esta vertiente, Veracruz sería definido también hasta diciembre o enero con posibilidades para cualquiera de los dos senadores priistas.
¿Alguien dijo que todo estaba definido? Esta bola aun tiene mucha cuerda, aunque en agosto, luego de la Asamblea priista, se aclarará el panorama y entonces sí, solo no verá lo evidente quien no quiera verlo. |