En la política local se calientan los ánimos por el poder.
Los discursos se radicalizan mientras cientos de veracruzanos no encuentran trabajo, seguridad, paz y certidumbre de conservar la vida.
Veracruz no quiere guerras mediáticas estériles, imposiciones ni caprichos, no quiere espectáculos; no quiere pan y circo, sino resultados.
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