La descentralización de las dependencias cambiará para siempre a México.

Hay preocupación entre la burocracia, y es imposible ocultarla. Hay preocupación entre los que viven en la CDMX y que ya saben que tendrán que cambiar su lugar de trabajo al interior de la República, y también hay incertidumbre en el interior por el anuncio de que desaparecerán las Delegaciones.

Será un enorme movimiento de personal y familias que, de lograrse, modificará a México para siempre pues lo que se moverá no solo serán personas, serán también culturas y formas de pensar, de vivir, de hacer negocios.

Más allá del costo estimado de realizar la descentralización (127 mil millones de pesos), está la intención de cambiar el exacerbado centralismo, eficientar trámites de gestión y reactivar la economía y el empleo en diversas comunidades.

Las dos Secretarías que han anunciado su traslado desde el 1 de diciembre son la SEP y la SENER, a cargo de Esteban Moctezuma y Rocío Nahle, respectivamente.

Será, sin duda, un gran experimento pues habría que analizar si las ciudades a dónde se trasladarán las oficinas están preparadas, si tienen las capacidades físicas, así como analizar su viabilidad y detectar las necesidades de inversión.

López Obrador asegura que el proceso va para adelante. Así que prepárese, porque de ahora en adelante, las quesadillas sin queso, se venderán en todo México.