El matrimonio es una institución natural milenaria que da origen a la familia. El matrimonio es entre un hombre y una mujer. De la relación entre un un hombre y una mujer es de donde surgen los hijos. Es por eso que el matrimonio es la base de la familia. Y de ahí surge la sociedad.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos, en su artículo 16 señala que “la familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado. De ahí que el estado, lejos de pretender desmantelar a la familia con políticas ideológicas, debería protegerla y tutelarla.
Nos sorprende que, con el pretexto de “la no discriminación” y de una falsa inclusión se busque poner al mismo nivel la grandeza y dignidad del matrimonio con una relación socio asistencial y o sexual. El matrimonio goza de una naturaleza propia, tiene sus fines específicos y propiedades esenciales. La reforma del Código Civil de Veracruz, busca cambiar la naturaleza jurídica del matrimonio
“Actualmente el matrimonio entre hombre y mujer regula y protege a la familia, mujeres y niños. Esta protección cada día es menor debido al debilitamiento que sufren las familias con leyes adversas. Si se modifica esta figura para permitir las uniones homosexuales, sólo se regulará la relación de pareja y no se protegerá a los más vulnerables de la familia. El matrimonio no puede ser usado como un INSTRUMENTO IGUALADOR. Esa es una aberración.
Modificar el Código Civil con esos yerros, donde sustituyen al matrimonio entre un hombre y una mujer, abriría la puerta a la adopción de niños por personas del mismo sexo, al derecho a las técnicas de reproducción que implican una serie de dilemas éticos, a la compra-venta de seres humanos, a la renta de vientres o maternidad subrogada y a la homosexualización de los niños”.
La defensa que las familias veracruzanas han estado haciendo durante los foros simulados y en las manifestaciones como la del pasado 30 de enero, no es en contra de las personas que tienen una orientación hacia personas de su mismo sexo, sino para defender las instituciones familiares que el orden natural nos ofrece y que permiten la perpetuidad de la especie humana. Respetamos a las personas con este tipo de orientación, como todos los seres humanos tienen una dignidad y merecen todo nuestro respeto.
Con el pretexto de la inclusión no se puede desmantelar las instituciones familiares; eso es una perversión.
Felicitamos a los 4 diputados que salieron a saludar a los manifestantes y que también fijaron su postura en contra de esta reforma ideológica que atenta contra la familia.
Las familias veracruzanas necesitan resolver la gran deuda social (inseguridad, servicios de salud, infraestructura carretera, oportunidades de trabajo, mejores precios a los productos del campo, educación…) no que las destruyan. Esperamos que el Congreso proteja el matrimonio y la familia natural.
Pbro. José Manuel Suazo Reyes |