Vino Peña Nieto quien, convertido en un moderno flautista y su famoso ‘Pacto por México’, hizo bailar a la oposición al ritmo que quiso.
Todos esos modelos de mayorías artificiales fueron mal vistos por los votantes quienes decidieron darle a López Obrador un Congreso a modo. Una mayoría que apoyara las decisiones transformadoras del Presidente.
Y así empezó el actual sexenio, con una mayoría simple arrolladora de Morena y sus aliados, y una oposición desarticulada que al principio las perdió todas.
Pero como debía ser, los políticos tienen genes de camaleón y solo era cuestión de tiempo para que se dieran cuenta que juntos, los legisladores de oposición, podían frenar las iniciativas del Presidente.
Y la oportunidad les llegó en pleno desarrollo de la pandemia por el COVID-19. AMLO quiso ser más papista que el Papá y le abrió la puerta a la oposición en el Congreso para batearlo a lo vil.
Como dice AMLO mismo, les envió una bola boba y se la batearon del parque.
¿Qué necesidad de pedirle al Congreso autorización para Reformar una Ley –la de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria-? La propia ley permite y faculta al Ejecutivo para que, mediante su respectiva justificación, se ajuste el presupuesto ante contingencias ambientales o económicas.
Así que ahora sí, AMLO se mató solito.
¿La pregunta es cuánto tiempo demorará aliada la oposición?
¿Hasta la discusión del Presupuesto 2021?
¿Hasta las elecciones del 2021 o las del 2024?
¿O hasta que le lleguen al precio? |