Édgar Álvarez desapareció luego de haber acudido a las oficinas de los empresarios Jesús Chaín Oceguera y Carlos Solórzano, en el fraccionamiento Costa de Oro, de Boca del Río, para recoger 2.5 millones de pesos, que debían ser entregados por él –a su vez- a Armida Ramírez Corral.
Ese dinero, entregado en efectivo, era el producto de un acto de cohecho (también se le conoce como soborno, mordida o moche) mediante el cual una empresa de las que representan Chaín Oseguera y Rafael Sánchez Cano (hoy detenidos), consiguió que le fuera asignado un contrato -de manera directa, sin licitación- de la Comisión Nacional del Deporte (Conade), organismo que dirige la exatleta Ana Gabriela Guevara.
La denuncia por la desaparición de Édgar Álvarez fue presentada por su familia, radicada en Poza Rica, por eso es que los detenidos fueron trasladados a aquella ciudad.
En virtud de que la desaparición de Édgar Álvarez se suscitó después de que recibió el dinero y no se tiene confirmado si llegó a entregarlo a quien le encargó esa tarea, la Fiscalía General del Estado (FGE) decidió no romperse la cabeza averiguando su paradero y solicitó órdenes de aprehensión para ambas partes.
Se considera, sin embargo, la posibilidad de que los tres detenidos se hayan coludido para “desaparecer” al emisario y repartirse el botín.
Este miércoles los tres detenidos por este caso -Jesús Chaín y Rafael Sánchez Cano (representante legal de la empresa), lo mismo que Armida “N” - tuvieron su primera audiencia con la juez de control Lizbeth Aurelia Jiménez en el Centro de Readaptación Social de Poza Rica, procedimiento mediante el cual se consideró legal su captura.
En tanto, empezó a correr el término para confirmar su vinculación a proceso y la aplicación de las medidas cautelares que correspondan, que en este caso, por tratarse del delito de desaparición forzada, les correspondería prisión preventiva oficiosa.
La propia juzgadora consideró que podría durar hasta dos años en la cárcel, tiempo que duraría el proceso y se dictaría sentencia.
En Xalapa la detención de Armida “N” (quien ocupó la alcaldía de Xalapa en 2004, por un mes, en su calidad de suplente de Reynaldo Escobar, cuando éste solicitó licencia para incorporarse al gobierno de Fidel Herrera) ha sido la que más revuelo ha generado.
Desde hace cinco años Armida “N” sostenía una campaña –legal y mediática- en contra de su exmarido, Cuauhtémoc Velázquez, para lo que había utilizado sus conexiones en la Fiscalía General del Estado.
Cuando ya había suspendido sus ataques, convencida de que no tenía argumentos jurídicos en contra de su expareja, de pronto “alguien” le ofreció una jugosa cantidad de dinero para que los reanudara, pues Cuauhtémoc Velázquez empezaba a despuntar entre los probables candidatos a la alcaldía de Xalapa en el 2021.
Hoy Armida “N” pasó de supuesta “víctima” en un diferendo del ámbito civil, a probable responsable de la desaparición forzada (y quizá homicidio) de un joven al que todos identificaban como su pareja.
Esta historia va a dar mucho más.
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